Sanos y salvos por el mundo

Los cientos de miles de españoles que la crisis –y lo que no es la crisis- han repartido por el mundo nos lleva a quienes a reflexionar a quienes nos quedamos sobre el valor de su osadía. Nos admira el coraje que ha de reunir una persona para hacer la maleta y abandonar su país de nacimiento, sus seres queridos, sus raíces. La respuesta parece evidente, quien se marcha lo hace en busca de un proyecto de vida, un futuro que en su país se les niega por la escasez de ofertas del mercado laboral.

Con frecuencia algunos de estos valientes aparecen en programas de televisión como ‘Españoles por el Mundo’ y sus derivados en las TV autonómicas. Encarnan el talento patrio, el desparpajo y también el dolor por lo que no pudieron hacer en su propia casa. Los hay que se niegan en redondo a aparecer en este tipo de programas porque según dicen casi siempre sacan los aspectos positivos y casi nunca las miserias, que las hay, en los países de destino. Las mayores diferencias tienen que ver con la comida, el clima, el idioma o el carácter de los anfitriones. La mayoría de emigrantes concluye que como se vive y se come en España, en ningún sitio. Casi todos rematan su reportaje saludando a la familia y diciendo les gustaría volver algún día.

El ángulo del turista

Otro punto de vista bien diferente es el de las personas que viajan por diversion, con billete de vuelta inmediato y unas ganas inmensas de contar su experiencia una vez estén de regreso. Los turistas españoles que salen al extranjero no van a fregar platos en restaurantes sino a sentarse a su mesa para disfrutar con la cocina autóctona del país, admirar sus monumentos e impregnarse de su cultura. No llevan expectativas de ganar dinero, sino de gastarlo, de pasarlo bien junto a sus seres queridos.

Ocurre que pese a esas expectativas tan sugerentes pueden darse imprevistos que conviertan el viaje en una mala experiencia. Ya sea por accidente o por enfermedad repentina, un viajero sin seguro medico fuera de su zona de confort puede ver maltrecha su salud y sus finanzas para un largo periodo. Porque hasta el momento, también en atención sanitaria España is different, y tanto.

Mucha gente decide no contratar un seguro de viaje para Japón a la hora de viajar por Asia con tal de ahorrarse el dinero, pero no hay que olvidar que cualquier percance por pequeño que sea, un corte, cólico o jaleo que nos obligue ir al médico no es lo mismo que hacerlo allí que en Europa. Aquí te pasa algo y con la tarjeta sanitaria europea te atienden gratis en un santiamén. Pero en Asia en general, y más en concreto en Japón, tener que ir al médico puede convertirse en toda una odisea.

Al alto precio de la atención sanitaria en el país del sol naciente hay que añadir los problemas para hacerse entender. En muchos hospitales japoneses no saben inglés, cosa que en los privados no suele ocurrir, por lo que yendo asegurados no debemos tener ese problema. Por todo ello, ir seguros es una buena inversión, cuyo precio variará en función de los días de estancia y coberturas elegidas.

Bienvenidos a América

Al otro lado del Atlántico más de lo mismo. Viajar a América sin seguro es exponerse demasiado y aunque no es obligatorio, comprar un seguro médico para viajar a Estados Unidos como turista es altamente recomendable. De hecho, si algo va mal es un despropósito carecer de seguro. Los cuidados y tratamientos médicos en Estados Unidos son de gran calidad, pero muy caros. La inmensa mayoría de los seguros habituales en cada país no cubren eventualidades que puedan ocurrir a su beneficiario durante un viaje a Estados Unidos. En otras palabras, lo más probable es que el seguro que tienes en tu país no cubra cuando sales de tus fronteras.

Si no es una emergencia médica de vida o muerte, es perfectamente factible que se niegue un tratamiento médico a una persona que carece de seguro sanitario y no paga por anticipado o da una tarjeta de crédito con fondos suficientes. En el país de las oportunidades, si a un extranjero se le atiende médicamente debido a una emergencia para la salud y no paga la factura, es perfectamente posible que se le cancele la visa o no se le renueve.

Miles de testimonios corroboran que ponerse malo en Estados Unidos perjudica seriamente la salud, y las finanzas domésticas. Por eso lo mejor es no tentar a la suerte, por muy en forma y salud de hierro que se tenga. La primera potencia mundial carece de un sistema de cobertura universal. Los empresarios garantizan la cobertura de la mayoría de los estadounidenses mientras que otra parte de la población elige aseguradoras privadas ¿Cobertura para los extranjeros? solo si peligra su vida.

No nos pongamos dramáticos. Un seguro de viaje barato genera por sí solo endorfinas que alejan cualquier malestar posible. No hay más que buscar para hallar el seguro de viaje que mejor se adapta a nuestras necesidades, con una relación inmejorable entre precio y coberturas. Si nos quedamos en casa, el sistema sanitario universal de nuestro país nos garantiza una atención ilimitada, pero si planeamos salir –sobre todo a aquellos países con modelos capitalistas más acentuados- tendremos que ir prevenidos. La recomendación es no olvidar el cepillo de dientes ni todo lo necesario para viajar seguros. Así viajaremos, acumulando vivencias, repartiendo talento, disfrutando cada momento sanos y salvos por el mundo.