El líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, ha denunciado que el Estado Islámico se creó para derrotar a Irán. Además, Jamenei ha advertido de que la reciente decisión de las autoridades de Bahréin de perseguir a un destacado dirigente chií, Isa Qassim, deja vía libre a los radicalismos y al violencia.
«El principal motivo que se esconde tras la formación de los grupos terroristas takfiris (apóstatas), así como sus operaciones terroristas en Irak y Siria era atacar a Irán, pero el poder de la República Islámica de Irán les ha paralizado en Irak y Siria», ha declarado Jamenei durante una reunión mantenida con los familiares de los defensores de los santos lugares que cayeron como mártires en la lucha contra el Estado Islámico en Irak y Siria.
Así, Jamenei ha restado importancia al discurso que interpreta el conflicto en Siria e Irak como un conflicto sectario, ya que, según denuncia, «los grupos terroristas no diferencian entre musulmanes chiíes y suníes, sino que atacan a cualquier musulmán que se alinee con la Revolución Islámica y esté en contra de Estados Unidos».
En ese sentido, ha destacado la valentía de los jóvenes iraníes que van a Irak a combatir al Estado Islámico y ha destacado la paciencia de sus familias, «pilares de la Autoridad de Irán».
Por otra parte, Jamenei ha advertido de que en Bahréin el problema tampoco son los suníes y los chiíes, sino el hecho de que «una minoría arrogante y represora esté oprimiendo a la mayoría».
Así, ha recordado que el jeque Qassim siempre ha rechazado el extremismo y la lucha armada, por lo que al «quitarle de en medio», está eliminando un obstáculo para la «entusiasta juventud de Bahréin», que hará todo lo que pueda para enfrentarse al régimen.