El vicesecretario de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Stephen O’Brien, ha pedido este viernes al Gobierno sirio y a los grupos milicianos que no interfieran en el envío de comida y medicinas para civiles atrapadas en ciudades sitiadas y zonas de difícil acceso en Siria.
«El uso continuo de sitio y hambruna como armas de guerra es reprobable», ha afirmado O’Brien en un consejo de seguridad formado por 15 naciones.
«Basándonos en la última información, estimamos que unas 600.000 personas se encuentran actualmente viviendo en zonas sitiadas», ha afirmado, tras lo que ha acusado al Gobierno del presidente, Bashar al Assad, y en menor medida a grupos milicianos que combaten al Gobierno y entre ellos, de interferir deliberadamente con la asistencia humanitaria lanzada desde el aire.
El diplomático británico ha afirmado que la ONU pidió mandar convoyes a 35 zonas sitiadas o de difícil acceso en el mes de mayo pero que el Gobierno de Al Assad sólo ha permitido el acceso a 14 de ellos y parcialmente a otros ocho. Además ha apuntado que las partes del conflicto han tomado de los convoyes suministros médicos esenciales.
«La sustracción de medicamentos que pueden salvar vidas y suministros, tales como kits quirúrgicos, de obstetricia y de emergencia no ha disminuido, se estima que productos para unos 150.000 tratamientos han sido sustraído de convoyes desde el comienzo del año,» ha asegurado O’Brien.