Siete bares originales en Holanda

fotonoticia_20160109105938_800Holanda ofrece bares y cafés para todos los gustos, con temáticas singulares o ubicaciones un tanto inusuales, como por ejemplo en iglesias del siglo pasado. Es el caso del ‘Café Olivier’ de Utrecht, conocido por su extensa carta de cervezas de origen belga.

Su pequeña entrada de ladrillos da paso a una impresionante iglesia de techos abovedados, vidrieras de colores e incluso un órgano antiguo. Su interior, sin embargo, es bastante acogedor y varios gatos se pasean dentro y en los alrededores del café.

Para los amantes de la cerveza imprescindible pasarse por el ‘Jopenkerk’ en la ciudad de Haarlem. En esta antigua iglesia convertida en cervecería, restaurante y café, los clientes podrán observar el proceso de elaboración de la cerveza. En 2013 ganaron el premio al ‘Bar más bonito de Holanda’.

Para los amantes de la cafeína hay un nuevo templo para el café y las buenas conversaciones en la reformada abadía del siglo XVIII en la provincia de Limburg. La ‘Brasserie Abshaove Café’ ofrece cafés y sándwiches en vez de liturgias y sermones. El nuevo café ofrece un ambiente cálido en cuyos muros podrás contemplar obras de artistas locales.

Y del ambiente suntuoso de las iglesias al calor veraniego de un chiringuito tropical. Si el viajero no quiere olvidar el verano el ‘Aloha Bar’ en Rotterdam es su bar. Ubicado en una piscina abandonada de los años ochenta, tiene una de las mejores vistas al río Maas y al ‘skyline’ de la ciudad.

Mantiene ciertos guiños ochenteros, como los carteles luminosos originales, y una decoración agradable gracias a la abundancia de plantas y el mobiliario art decó. El viajero podrá relajarse en una de sus tumbonas al borde de la piscina vacía en este pequeño paraíso cerca del centro de Rotterdam.

UNA CERVECERÍA EN UNA CASA DE BAÑOS.

Otro de los bares más singulares de Ámsterdam es ‘Brouwerij ‘t IJ’, una cervecería situada en una antigua casa de baños de Ámsterdam. Su producción de cerveza lleva en funcionamiento desde 1985, cuando el músico Kasper Peterson comenzó la elaboración casera de este producto tras enamorarse de la cerveza belga en una gira con su grupo de música.

El esfuerzo tuvo sus frutos y el Brouwerij ‘t IJ se ha convertido en una de las más grandes y conocidas fábricas de cerveza en Holanda. Además tiene otro gran reclamo: está situado junto al molino de viento más grande de Holanda.

Y si en vez de cerveza el viajero prefiere los whiskies y los cócteles elaborados, mejor teletransportarse a la atmósfera neoyorquina de los 70 del bar ‘Apt’. En este pequeño bar, escondido en el histórico edificio Odeon de Ámsterdam, se pueden disfrutar de íntimos conciertos de jazz desde los sofás, mientras el camarero prepara los cócteles bajo una lámpara de laboratorio.

También los amantes de los gatos pueden encontrar su bar ideal en el primer ‘Cat café’ de Holanda. Cuenta con siete gatos seleccionados en base a su temperamento y su grado de interacción con otros gatos y personas. Puede hacer las delicias de hasta 20 personas, que podrán acariciar y jugar con tranquilidad con los inquilinos felinos del local, ya que están adecuadamente vacunados y desparasitados.