El Gobierno balear ha lanzado una red de rutas culturales, una iniciativa dotada con un presupuesto de 150 millones, que estará cofinanciada por la Agencia de Turismo de las islas (ATB) y ayudas europeas, con el objetivo de aumentar el turismo cultural y combatir así la estacionalidad.
El proyecto fue presentado hoy por el director gerente de la ATB, Miguel Ángel Roig, junto al secretario general de la OMT, Taleb Rifai, junto a la directora de Programas de Miembros Afiliados de la organización de las Naciones Unidas para el turismo, Yolanda Perdomo.
Roig remarcó que las Islas Baleares son más que ‘sol y playa’, y se mostró convencido de que en el futuro se consolidarán como destino cultural. Y es que el turismo cultural solo representa el 1,7% de la oferta turística en el archipiélago balear.
El objetivo de la creación o difusión de las rutas milenarias es, además, satisfacer y adaptarse a la demanda creciente del llamado ‘turismo de experiencia’ con unos productos más elaborados y abrirse a nuevos mercados.
«Tenemos cuatro marcas muy diferenciadas, cada una destinada a un tipo de público, pero queremos seguir promocionando destinos conjuntos», ha explicado el vicepresidente y consejero de Innovación, Investigación y Turismo en el Gobierno balear, Gabriel Barceló.
CONCLUSIONES DEL INFORME.
Durante el acto, se ha presentado un informe que analiza el impacto de las rutas culturales existentes en diferentes países y los casos de éxito de estas iniciativas, en el que se incluye también la red de rutas creada en Baleares.
El profesor de la Universidad de las Islas Baleares, Manuel Calvo, ha resumido en cuatro rasgos básicos los beneficios de este producto cultural: la importancia del trayecto, la fuerza de los destinos que las conforman en conjunto, la flexibilidad y el auge que suponen para las economías locales.
Así, ha hecho hincapié en la importancia del trayecto como parte fundamental de viaje y es lo que, finalmente, enriquece a las personas, en detrimento del destino.
También ha señalado con ejemplos que las rutas unen destinos que tienen poca fuerza de forma aislada, pero que en su conjunto «producen un valor y un producto completo». A su vez, ha defendido que las rutas ofrecen «nuevas posibilidades a destinos maduros».
Como tercer elemento, ha destacado la flexibilidad de las rutas por su idiosincrasia, al que se suma el desarrollo potencial que se produce en las economías locales en la red de rutas.
LA UNIÓN DE TODOS LOS MIEMBROS.
El secretario ejecutivo de Relaciones con los Miembros de la OMT, Carlos Vogeler, ha señalado el valor de la marca del producto y la importancia de aunar a todos los que forman parte del proceso.
Además, ha puesto en valor los avances que se están produciendo con la hermandad de rutas y los intercambios culturales entre los países que las comparten.
De su lado, la directora de programas de miembros afiliados a la OMT, Yolanda Perdomo, ha añadido que a veces se obvia lo local cuando son estos destinos, los que dan valor y significado al viaje.
El secretario general de la OMT, Taleb Rifai, ha valorado la adaptación de España en el turismo de experiencia, y el potencial de Europa en este segmento ante la cantidad de culturas distintas que han formado y forman su patrimonio.
