Melilla, 17 ene (EFE).- La Delegación del Gobierno en Melilla ha reiterado hoy la necesidad de conseguir una mayor implicación y apoyo de la Unión Europea ante la extrema presión migratoria que sufren sus fronteras sur, en concreto Ceuta y Melilla.
En un comunicado, la Delegación del Gobierno pide un mayor apoyo de la UE ante un problema común, tras conocer las consideraciones del comisario de Derechos Humanos del Consejo Europeo, Nils Mui?nieks, quien ayer arremetió contra la gestión que está haciendo España del problema de la inmigración, sobre todo en la legalización de las llamadas «devoluciones en caliente».
La institución reitera que la enmienda propuesta para la Ley de Extranjería, a través de la nueva ley de seguridad ciudadana, sólo busca mejorar el actual marco legal frente a las «singularidades» que se dan en la frontera sur de Europa, «sin menoscabo por ello de la correcta observancia del derecho que asiste a los inmigrantes merecedores de los protocolos de asilo y refugio».
«La enmienda pretendida persigue únicamente mejorar la ordenación de los flujos migratorios e impedir los intentos irregulares de entrada en territorio europeo por puntos fronterizos no habilitados», afirma la nota.
El delegado del Gobierno en Melilla, Abdelmalik El Barkani, insiste en que no hay que resignarse ante un modelo de inmigración basado en «asaltos masivos al vallado fronterizo», en el que la «conflictividad resulta tan inevitable como las situaciones de peligro y riesgo extremos que comportan», tanto para los inmigrantes como para las Fuerzas de Seguridad del Estado.
La Delegación del Gobierno defiende el «respeto escrupuloso» al derecho de asilo y refugio, aplicable por igual a cualquier inmigrante que, debidamente identificado, demuestre ser merecedor de protección internacional.
Insiste en que todos los flujos migratorios que llegan a Melilla no son comparables, en referencia a las diferencias que existen entre los subsaharianos que intentan saltar la valla y los refugiados sirios que llegan a la ciudad huyendo de una guerra.
Como prueba, alude al dato de que sólo 5 de los casi 2.500 inmigrantes subsaharianos que entraron irregularmente en la ciudad durante el pasado 2014, solicitaran el derecho de asilo, de los cuales tres desistieron del proceso.