La Granja (Segovia), 13 dic (EFE).- Si el Partido Popular trataba de protagonizar un acto en defensa de la Constitución, el sitio elegido hoy para ello se antoja como uno de los más adecuados.
Mariano Rajoy ha citado a la cúpula de su partido y a todos sus barones territoriales en la localidad segoviana de La Granja de San Ildefonso para lanzar el mensaje de que el texto constitucional sigue vivo, es el que ha permitido el progreso de España y sólo admitiría alguna reforma si es beneficiosa.
Es decir, nada de bromas, como ha dicho explícitamente en su intervención en el Centro de Convenciones de esta localidad, otrora cuartel de las tropas reales.
El Real Sitio de San Ildefonso, lugar elegido por algunos de los monarcas españoles para pasar largas temporadas, ha vuelto a ver 178 después una cerrada defensa de la Constitución.
Si en 1836 un grupo de mandos de la guardia real se sublevó para reclamar a la entonces reina regente, María Cristina de Borbón, que la Constitución de 1812 volviera a entrar en vigor, hoy Rajoy, al mando de sus más fieles, ha proclamado la plena vigencia de la que desde hace 36 años rige la vida de los españoles.
Aquel episodio del siglo XIX, que pasó a la historia con el nombre de «El motín de La Granja», acabó triunfante, y la que fue la primera Constitución española, que había quedado relegada por Fernando VII, volvió a ser una realidad.
Hoy muchos de sus artículos quedan muy lejos de los parámetros de lo que es la democracia actual, pero aquel documento fue el que abrió el camino constitucional en España.
El PP ha querido reconocerlo explícitamente en el texto que hoy ha alumbrado en esta cita, el que ha denominado la «Declaración de La Granja», y en el que reconoce que la Constitución actual es el culmen de un largo proceso que comienza en 1812.
Con todos los aciertos y errores que se han vivido desde hace doscientos años, los populares consideran que la norma suprema de los españoles es la que ha permitido la convivencia sin que su contenido sea un programa de unos contra otros.
Por todo ello es por lo que Rajoy y su partido aseguran que son reacios a modificaciones que interpretan que no irían en beneficio de todos y que, por el contrario, acabarían perjudicando al conjunto.
Es el caso de las que algunos pretenden para lograr un encaje de Cataluña en España y que el presidente del Gobierno considera innecesario porque ve que ese encaje ya es un hecho.
Los mensajes a Cataluña se han entreverado con los que ha dirigido también al PSOE y a su líder, Pedro Sánchez, reprochando que no concrete la modificación que propone.
Es decir, todo parece indicar que no habrá alteración alguna en los próximos años en la actual Constitución, ese texto que Rajoy y el PP han respaldado hoy con la «Declaración de la Granja».
Para esa defensa ya no ha hecho falta ningún motín como el que narra la historia. Las cosas han cambiado mucho.
Por José Miguel Blanco