¿Para cuándo elecciones? Haití se asoma a su siguiente crisis

6826594wPuerto Príncipe/La Habana, 25 oct (dpa) – Casi cinco años después del terremoto, Haití se acerca peligrosamente a la que podría ser su próxima gran crisis: el país caribeño no consigue celebrar unas elecciones legislativas pendientes desde 2012 y podría quedarse sin Parlamento en enero.

Una disputa política paraliza desde hace años a Haití, el país más pobre del hemisferio occidental. El último intento por organizar los comicios para este domingo 26 de octubre fracasó en los últimos meses de forma rotunda.

«Si no hay elecciones, ¿adónde va el país?», se preguntaba aún el presidente Michel Martelly en junio al anunciar la fecha. «¿Quién lo va a dirigir?».

Debido a que su gobierno no consigue vencer la resistencia de un pequeño grupo de opositores radicales, unos 130 escaños municipales están vacantes desde hace casi tres años. También al Senado le faltan desde enero de 2012 diez de sus 30 integrantes.

Los siguientes diez mandatos del Senado terminan a mediados de enero de 2015. Peor aún: si no se elige hasta entonces también a los más o menos 100 parlamentarios de la Camára baja, ésta quedaría disuelta sin sustitución. El gobierno de Martelly sólo podría gobernar a partir de entonces por decreto.

En necesario «que todos los haitianos se unan en buena fe para apoyar las elecciones», citaron a comienzos de mes medios estadounidenses al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, tras una conversación telefónica con Martelly.

Estados Unidos amenazó ya en abril con retener unos 300 millones de dólares en ayudas si Haití no pone fin a la crisis electoral pronto. También Canadá intentó presionar para que los actores políticos haitianos consigan un acuerdo.

En círculos diplomáticos, sin embargo, se considera poco probable que grandes donantes internacionales (entre los que está también la Unión Europea) recorten las ayudas en caso de que la crisis política estalle de lleno en enero, empujando al país antillano aún más hacia el precipicio.

Las ayudas del extranjero representan un 40 por ciento del presupuesto de Haití, donde un 80 por ciento de los diez millones de habitantes sobrevive con menos de dos dólares al día. Tras el terremoto que mató a más de 230.000 personas el 12 de enero de 2010, unas 100.000 viven aún en campamentos provisionales.

El trasfondo de la actual crisis electoral es una vieja disputa tras una reforma constitucional en 2010, que cambió a partir de 2012 entre otras cosas los criterios para la conformación de la Comisión Electoral Permanente.

La oposición aceptó entonces a regañadientes la reforma. La elección de los integrantes de la comisión por parte de representantes de los tres poderes del Estado, sin embargo, fracasó en los siguientes años en varias ocasiones.

La pugna tampoco ha permitido la aprobación de una nueva ley electoral. Son sobre todo seis senadores de una oposición radical en el confuso panorama político haitiano los que boicotean cualquier intento de acuerdo.

La ley no puede ser aprobada sin el apoyo de dos tercios del Senado, al que ya le faltan diez integrantes desde 2012. Los seis opositores radicales, por su parte, sólo apuestan por la caída de Martelly, conocido también como «Sweet Micky» por su pasado como compositor e intérprete del género musical haitiano «konpa dirèk».

El mandatario de 53 años fue elegido en 2011 por un mandato de cinco años. En junio lanzó su último intento por solucionar la crisis al fijar por decreto el 26 de octubre como fecha electoral.

«Las elecciones tendrán lugar, con o sin ellos (los opositores)», se mostró entonces confiado.

En los meses anteriores Martelly había conseguido forjar un amplio consenso político y social en base al llamado «Acuerdo de El Rancho», alcanzado en marzo en un diálogo patrocinado por la Iglesia.

Fue en vano. Aunque la Cámara Baja aprobó la ley, el Senado volvió a impedir su aprobación. La nueva Comisión Electoral Permanente designada por iniciativa de Martelly tampoco ha podido asumir nunca en pleno sus funciones.

En los círculos diplomáticos y de la cooperación extranjera en Puerto Príncipe crecen en tanto cada vez más la preocupación y el hartazgo.

«Las elecciones tendrán lugar en el más corto plazo posible», aseguró Martelly a finales de septiembre frente a la Asamblea General de la ONU en Nueva York, aunque sin nombrar otra vez una fecha.

Exactamente dos semanas después, varios representantes de la oposición decidieron no acudir a un encuentro con el presidente en Puerto Príncipe para discutir sobre la crisis electoral.

Por Isaac Risco