Navarro Baldeweg y el zodiaco artístico de su obra, en una muestra en Madrid

6713534wMadrid, 7 oct (EFE).- Arquitectura, pintura, escultura, instalaciones se interrelacionan en el zodiaco artístico que forma la fructífera trayectoria de Juan Navarro Baldeweg, al que el Museo ICO, en Madrid, dedica una amplia exposición.

El Museo de las Cuevas de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria); la Biblioteca Hertziana, de Roma; el Palacio de Congresos y Exposiciones de Cádiz; o el centro para las Artes Escénicas de la Comunidad de Madrid, son algunos de los destacados proyectos del este arquitecto para el que la esencia de su trabajo es «hacer visible el espacio».

La exposición, comisariada por el propio Navarro Baldeweg, abarca cuarenta años de trabajo y está compuesta por numerosos dibujos, fotografías, gran número de maquetas, esculturas, objetos que documentan más de treinta proyectos significativos que se pueden contemplar en un cuidado montaje realizado por la empresa SIT.

Estos proyectos reflejan el universo creativo de Navarro Baldeweg en el que reflexiona sobre las dimensiones esenciales de la naturaleza como la luz, la gravedad, el horizonte, el equilibrio o la mano y lo hace a través de lenguajes como pintura, escultura, instalaciones y especialmente arquitectura.

«La exposición es fundamentalmente de mis trabajos como arquitecto, pero yo trabajo con mucha dedicación en otras prácticas, fundamentalmente en la pintura y en las instalaciones, y eso tiene reflejo en mi obra arquitectónica», comentó el artista, al que en esta exposición le ha interesado establecer los vínculos que hay en esas prácticas.

Para ello, se ha planteado la muestra como un zodiaco que contiene diferentes constelaciones o energías como, por ejemplo la luz. «Se trata de transponer el color que aparece tanto en mi pintura, escultura o arquitectura. Todo eso tiene en común que es una activación de signos en torno a la luz» y su difusión en el medio construido, ha dicho.

Otra de sus «constelaciones» tiene que ver con el peso «en cómo se sostienen las cosas y eso pasa en arquitectura, pero también en escultura. La gravedad, el equilibrio y el peso, gran aglutinante de la materia», explico Navarro Baldeweg.

Una tercera energía sería «la mano» que para el arquitecto es expresión orgánica en el espacio. «Es ese deseo de que el cuerpo se proyecte en lo que nos rodea y hacer orgánico el mundo alrededor nuestro», afirmó y señaló que esto aparece claramente en la pintura «pero también en la arquitectura y yo -puntualizó- he querido forzarlo a través de instalaciones».

El último de los anillos del zodiaco de Navarro Baldeweg lo forman los procesos de construcción y destrucción «que son los dos lados de la actividad del hombre en la tierra. Todo lo que creamos conlleva una destrucción», dijo.

Este aspecto también hace referencia al «vínculo semántico de coger un objeto ya hecho y cambiarle el sentido. Yo creo que ese traspaso cae dentro del anillo de la construcción y la destrucción».

Para explicar los cuatro anillos que forman este zodiaco y su evolución, «en la que siempre estoy volviendo atrás recogiendo temas ya tratados», la exposición presta especial atención a seis proyectos.

El primero de ellos es la «Casa de la lluvia» (Santander, 1982), un ejemplo de la activación de la energía y de lo orgánico. Los materiales con los que está construida, piedra, vidrio y zinc, hacen que la lluvia transforme la casa.

El elemento más atractivo del «Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León» (Salamanca, 1992) es la cúpula suspendida, colgada, que concentra las cargas en los vértices de los arcos. «La luz cenital se filtra a través de los cortes en los bordes inferiores de la bóveda y se hace visible el perímetro esculpido por la luz, originando sensaciones de levedad y ligereza», explicó.

El tercero de los proyectos es la «Bibliotheca Hertziana» (Roma, 2013), en el que relaciona el uso de la luz con «la iluminación que proporciona el conocimiento de los libros», mientras que el «Instituto del Conocimiento de Amersfoort» (Holanda, 2003), esta ubicado en un entorno de gran valor escénico, en el límite del casco antiguo de la ciudad.

En «Novarris Headquarter Building» (Basilea, 2013), el arquitecto ha colocado dentro de un espacio vacío en el interior un garabato de aluminio en colores a gran escala, que es visible desde el exterior.

Muy diferente es la «Biblioteca Municipal en Puerta de Toledo» (Madrid, 1984), con una forma exterior que recuerda a un tambor, mientras que la luz entra a través de la cúpula interior suspendida.

 

Por Mila Trenas