El meteorito y el queso, el misterio del Västerbottensost en Suecia

El meteorito y el queso: el misterio del VästerbottensostBURTRÄSK, Suecia (dpa) – Agneta Karlsson lleva en la solapa el signo del conocido queso: Una gran W adornada con una corona. La corona se la ha ganado, pues su empresa lechera es «kunglig Hovlverantor», proveedora de lacteos de la familia real sueca, según cuenta orgullosa Agneta mientras acompaña a los invitados por el pequeño centro de visitantes en Burträsk.

Aquí arriba, en la parte sueca de Laponia, en la provincia de Västerbotten, comenzó hace más de 100 años el gran imperio de la que es una de las variedades de queso más populares de Suecia.

La central lechera no tiene hoy por hoy apariencia misteriosa alguna. Un edificio con fachada de piedra, unido por un puente con el centro de visitantes, que debido a su fachada de cristal verdoso-blanco atrae bastante más la atención. En el aparcamiento de enfrente hay espacio como mucho para ocho autos.

La variedad de queso de Västerbotten tiene unos orígenes más bien humildes, pues su historia comenzó con una casualidad, o mejor dicho, con un descuido.

En 1872, la lechera Eleonora Ulrika Lindström perdió de vista la cuba en la que se estaba elaborando el queso. Con ello, se olvidó de remover y calentar el queso, tareas que requieren de atención. «Tal vez un amante le despistó», especula Agneta, con una sonrisa en la boca.

El meteorito y el queso: el misterio del VästerbottensostEl queso que resultó fue declarado inadecuado y olvidado en una estantería, hasta que alguien probó el supuesto desastre: Un sabor fuerte, salado, afrutado, ligeramente amargo, pero sobre todo sabroso. Así comenzó la historia de éxito de este queso y de la región.

Tan rápidamente se popularizó este queso que mantequerías en otros lugares trataron de fabricar también el Västerbottensost, pero nadie lo consiguió. «Nadie consiguió dar con el mismo sabor», explica.

La misma leche fue llevada a otros lugares de elaboración. Incluso se emplearon las mismas cubas para tratar de resolver el misterio del sabor. Pero según Agneta todo fue en vano: El Västerbottensost sólo sabe a Västerbottensost cuando se elabora en Burträsk.

Algunos suponen que podría ser por la mezcla de bacterias de la central lechera local, o por el sol de medianoche que excita especialmente a las vacas y con ello hace que su leche sea especial. Una tercera teoría suena más bien a ciencia-ficción: Un meteorito cayó cerca de Burträsk y desde el impacto la tierra es más rica en calcio, y con ello también la hierba que comen las vacas y la leche que producen.

El misterio del queso nunca se aclaró, y todo acabó con que se amplió la central lechera en Burträsk para poder producir más queso. Quien recorre el puente del centro de visitantes a la fábrica puede observar a través de una ventana lo duro que tienen que trabajar los trabajadores para poder ofrecer a los suecos su «Ost».

El queso se remueve manualmente y se envuelve en paños de lino. Una pieza pesa 18 kilogramos.

Agneta lleva a los visitantes a la cafetería donde se puede probar el queso. Y la pregunta: ¿Sabe más bien a meteorito o a vacas excitadas?

INFORMACIÓN BÁSICA: Burträsk en Suecia

Centro de visitantes: Los turistas pueden participar en visitas guiadas gratuitas, y naturalmente probar el queso en la cafeteria, por ejemplo en forma de quiche (http://vasterbottensost.com/en/burtrask/).

Cómo llegar: Skandinavian Airlines vuela varias veces al día a Skellefteå en el norte de Suecia. Desde ahí no se tarda mucho en llegar en auto a Burträsk.

Moneda: Un euro son 9,18 coronas (agosto de 2014)

Internet: http://www.visitsweden.com.

Por Lea Sibbel