París declara la «guerra» a los «candados del amor»

6365597wParís, 14 ago (dpa) – París quiere liberar sus puentes de los «candados del amor». A lo largo de los últimos años, la moda de amarrarlos a los puentes como prueba de amor eterno ha generado tal saturación que ahora, las toneladas de metal ponen en peligro la seguridad de los propios turistas que cruzan el Sena en abarrotadas embarcaciones.

Desde gente que tira llaves a candados que se caen o incluso el desprendimiento de una barandilla, el pasado mes de junio, la situación llegó a un punto tal que las autoridades de la ciudad decidieron declararle la batalla. ¿La solución? Sustituir los «candados del amor» por «selfies» de las parejas.

La portavoz municipal Vanessa Panetto lo calificaba el miércoles como una «primera fase» para librarse de los candados. Y pedía comprensión. «Por supuesto que muchos se sienten algo decepcionados», reconocía, pero la seguridad es lo primero.

Ahora, en los accesos a los puentes hay colocadas unas pegatinas enormes en las que se lee: «Nuestros puentes ya no pueden lidiar con vuestras pruebas de amor», «¡No más candados del amor!». Así, la alternativa que les queda a los enamorados es subir sus «selfies» a la web creada por el ayuntamiento «Amor sin candados» (lovewithoutlocks.paris.fr). A fecha de hoy hay ya 390 fotos.

«París celebra que haya tantos enamorados en la ciudad, pero los millones de candados acaban pesando demasiado. ¡Y nuestros puentes son más frágiles que vuestro amor!», señala la web. Además, los usuarios de redes sociales podrán utilizar el hashtag #lovewithoutlocks para colgar sus instantáneas junto a sus parejas.

Los puentes más dañados por el peso de los románticos candados son el Pont de l’Archevêché, tras la catedral de Notre Dame, y el Pont des Arts. En este puente peatonal que cruza el Sena uniendo el Louvre y la Academia Francesa se desprendieron hace unas semanas varios metros de barandilla debido al peso de los cierres metálicos, lo que obligó a reforzar varias partes del puente.

No obstante, no sólo los puentes atraen como imanes a los candados, sino que éstos se multiplican por toda la ciudad, incluida la famosa Torre Eiffel. Y lo hacen rápido: a los jóvenes escoceses Hector Spencer-Wood y Jenny MacmMillam les cuesta encontrar entre tanto metal el candado que colocaron hace apenas unos días. Y no les agrada demasiado la idea de sustituir su prueba de amor por «selfies» en la red. «Aquí es mucho mejor».

Los rusos Daria y Serguei Zakharchenko llegaron desde Los Ángeles a París de luna de miel. «Claro que el conjunto tiene bastante mal aspecto», reconoce la joven mirando la barandilla del puente atestada de candados. Pero ella ya tiene uno morado en la mano. «Lo hemos traído, es una antigua tradición rusa», explica la joven de 23 años. Y su marido está de acuerdo: «Un ‘selfie’ en Internet no es tan romántico».

Por Gerd Roth