Burgos, 14 ago (EFE).- «El Cronicón» de Oña, representado durante veintisiete años, sigue cambiando en cada edición para mantenerse y seguir resultando atractivo para los espectadores que cada año obligan a colgar el cartel de «no hay entradas» en varias de las cinco representaciones que comienzan esta noche.
La coordinadora de «El Cronicón», Berta Tricio, ha explicado que una de las principales modificaciones consiste en la vuelta a la dirección del actor y director Joaquín Hinojosa, después de tres años en los que se ha encargado de esta labor Amaya Curieses.
Para Tricio, supone una buena noticia, porque Hinojosa es «muy riguroso en el trabajo y didáctico, por lo que ha explicado con mucho detalle a los actores cuál es el contexto de cada personaje».
En esta edición, esa labor didáctica es «especialmente importante», recuerda Tricio, porque cambian las actrices que durante años habían representado los papeles de la abadesa y la infanta Trigidia, que tienen un peso importante en la representación.
Berta Tricio insiste en que es una obra coral en la que prácticamente la cuarta parte de los poco más de 800 habitantes de Oña están implicados de una u otra forma.
Unos 130, entre ellos varios niños, se suben al escenario, y el resto hace tareas tras las bambalinas, tan necesarias como confeccionar los trajes y elaborar todo el material escénico, además de vender entradas o ayudar a acomodarse al público.
Para Tricio, la clave de la obra es «la emoción de contar en el mismo lugar donde ocurrió la historia a personas cuyos restos descansan en el monasterio», que es panteón real y condal.
Entre los personajes de la obra, se encuentran nombres cuyos restos se encuentran en el monasterio, donde están enterrados Sancho II de Castilla; Sancho Garcés de Pamplona y su esposa, Muniadona de Castilla; además del conde de Castilla, Sancho García, y su esposa, Urraca Gómez, junto al hijo de ambos, García Sánchez, que fue el último conde de Castilla.
Uno de esos personajes, que este año cobra especial protagonismo, es el de San Íñigo, que fue el segundo abad del monasterio que gobernó hasta 1068.
Este año es el protagonista de la única escena que se desarrolla fuera del monasterio, en las escaleras de acceso, y sirve de prólogo al resto de la obra, la cual se desarrolla durante algo más de hora y media.
La figura de San Íñigo ha cobrado especial interés este año, porque se ha presentado una obra de estudio sobre la importancia que tuvo su figura y por la apertura de su sepulcro el pasado 1 de junio, siglo y medio después de que se abriera por última vez, para extraer una reliquia que se ha destinado al monasterio navarro de Leire.
La coordinadora de «El Cronicón» asegura que estas representaciones se han consolidado como una tradición, y muchos vecinos adaptan sus vacaciones para poder participar en los ensayos y en la representación de la obra, lo que contribuye a generar buen ambiente en la localidad.
Además, señala el componente promocional de la localidad y su entorno, que se reforzará en los próximos meses, ya que «El Cronicón» de Oña se ha sumado hace mes y medio a la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas, que a su vez forma parte de una confederación europea con municipios, sobre todo, de Francia e Italia.
Por Pedro Sedano.
