San José, 13 ago (dpa) – El gobierno de Luis Guillermo Solís, quien siendo escasamente conocido en la esfera política de Costa Rica obtuvo una aplastante victoria en la segunda vuelta presidencial celebrada el 7 de abril, se ve asediado por fricciones internas y polémicas en vísperas de sus primeros 100 días al frente del país.
Las divisiones se han hecho notar en el seno del Partido Acción Ciudadana (PAC) que elevó a Solís al poder. La agrupación sufre las pugnas internas de quienes luchan por lograr el control de sus filas, además de existir aparentes contradicciones entre el equipo de imagen y el mandatario, en momentos en que Solís se alista para hacer público un diagnóstico sobre la situación en que recibió el país el 8 de mayo.
El informe de la presidencia será dado a conocer en principio el 27 de agosto, aunque los cien días se cumplen el 16.
Este lunes, Solís tuvo que desprenderse de uno de sus consejeros y amigos, Ivan Barrantes, por un supuesto conflicto de intereses. La polémica estalló por un pago millonario efectuado por el PAC a Barrantes a cambio de sus servicios al frente de la estrategia de imagen a favor de Solís durante la pasada campaña política.
Los desencuentros afloraron pronto en el interior del partido, especialmente a través de las críticas vertidas por el diputado y fundador del PAC, Ottón Solís, un duro defensor de la transparencia, la austeridad y el voluntariado dentro de la agrupación.
Solís exigió la semana pasada al mandatario el retiro de Barrantes del gobierno, quien laboraba sin salario y preparaba una estrategia de comunicación para fortalecer la imagen del presidente, y el reclamo fue secundado el fin de semana por la Asamblea Nacional del PAC en medio de una acalorada sesión.
Barrantes venía fungiendo como consejero ad honorem de Solís, sin ningún cargo en su gobierno, aunque disponía de una oficina y preparaba una estrategia de comunicación, que sería contratada luego por la administración Solís.
Sectores del PAC cuestionaron los honorarios cancelados a Barrantes por sus aportes a la estrategia de campaña, debido que ese país propugna por el voluntariado y la austeridad en el manejo de los recursos públicos.
El presidente Solís no tuvo otra salida que pedir a su asesor hacerse a un lado, tal como lo anunció el lunes a la prensa, debido a las presiones de sus mismos partidarios. Barrantes asesora además a firmas privadas, lo que a juicio de sus detractores era contraproducente con su presencia en altos mandos gubernamentales.
Pero los cuestionamientos del gobierno procedentes desde sus propias filas no se detuvieron allí. El líder fundador de la agrupación también exige la dimisión del viceministro de la presidencia, Daniel Soley, de quien sospecha podría haber beneficiado a familiares suyos cuando trabajaba para la Defensoría de los Habitantes.
Soley desempeñó el cargo en los últimos años, antes de que el PAC asumiera el mando.
El PAC, un partido creado hace 14 años y que este año ha logrado ganar su primera elección en Costa Rica, se ha visto sacudido además en días recientes por el pago millonario a un dirigente, el abogado Jorge Sibaja, a cambio de presuntas labores poco necesarias dentro de la agrupación.
La calma dentro del PAC no parece estar cerca. Este martes Sibaja fue detenido por la policía judicial por presunto uso de un documento falso en perjuicio de la estatal Caja del Seguro Social.
En medio de las turbulencias dentro de la filas del oficialismo, el lunes la fracción volvió a resquebrajarse en plena Asamblea Legislativa. Allí una de sus corrientes se opuso a incorporar a un legislador sancionado por un conflicto financiero, pese a que el político luego fue absuelto.
La situación es compleja, sobre todo porque el PAC está lejos de obtener mayoría en el Parlamento, donde controla sólo 13 de los 57 escaños, pese a haber logrado imponer su candidato en segunda vuelta por un 77,9 por ciento de los votos.
Tras la última elección, el anterior partido oficialista, Liberación Nacional, es ahora la principal fuerza opositora.
La oposición ha sabido aprovechar el momento para atacar a su rival político. Las redes sociales están plagadas de críticas mordaces y señalamientos sobre las aparentes contradicciones del PAC.
Cuando llevaba tan sólo tres meses al frente del país, el mandatario Solís denunció la presunta existencia de una sórdida campaña para desprestigiar su administración, especialmente por el cambio que, según afirma, está impulsando en el país en el terreno ético, económico, tributario, de eliminación de privilegios y en otras áreas.
Mejorar los mecanismos fiscales, eliminar privilegios, y transparencia en el manejo de los asuntos públicos, son entre otras las promesas de campaña que presentó el actual gobernante.
Solís, quien era escasamente conocido cuando ganó la convención interna del PAC, tuvo un ascenso rasante a finales del año pasado. Cuando pocos apostaban por un éxito de su candidatura, ganó la primera ronda electoral de febrero y se impuso en forma avasalladora en la segunda vuelta de abril.
En Costa Rica, los comicios se celebran cada cuatro años y en estos se elige al presidente y dos vicepresidentes y a los 57 diputados a la Asamblea Legislativa.
Por Ernesto Ramírez