Urrutia cree que el euskera pierde terreno en la familia y lo gana en la educación

6544321wBilbao, 9 ago (EFE).- El presidente de la Euskaltzaindia, Andrés Urrutia, aprecia, después de más de 30 años de proceso de normalización del euskera, que la lengua vasca pierde terreno en el ámbito de la transmisión familiar y lo gana en el de la transmisión formal a través de la educación.

Urrutia (Durango, Bizkaia, 1954) ha repasado, en una entrevista con EFE, la situación del euskera y de la Real Academia que preside. Tras tres décadas de trabajo por la recuperación del euskera, Urrutia tiene un «sabor agridulce» en los resultados.

«Hay unos ámbitos en los que se ha progresado mucho, como en los de la educación y los medios de comunicación, y hay otros en los que parece que la cosa no ha ido tan bien. Queda mucho que hacer en el ámbito de la administración, en el ámbito socioeconómico», ha explicado.

Lo que sí ha triunfado es la apuesta por el euskera unificado o «batua» -que unió los dialectos para enseñar una lengua común-, treinta años después de su implantación. Urrutia ha manifestado que «el triunfo del ‘batua’ como lengua escrita oficial es innegable».

«Ahora bien -ha reconocido-, también es cierto que hoy la gente busca nuevas formas de expresión y de expresividad en el euskera y ahí, lo dialectal tiene su lugar».

La Academia tiene entre sus proyectos más inmediatos la elaboración de la segunda edición del «Diccionario del Euskera», con unos 40.000 términos ya definidos, «con lo cual estaríamos a la altura, en materia lexicográfica, de las lenguas de nuestro entorno».

Otro de sus retos es el de realizar una «Historia Social del Euskera», una «Antología de Textos Literarios Vascos» y continuar con el «Atlas Lingüístico de los dialectos del Euskera», del que ya van cinco tomos y próximamente saldrá el sexto.

Ha destacado la novedad que supone, en este «Atlas», la inclusión de sonidos, lo que va a hacer posible no sólo buscar la forma dialectal de un término en un determinado territorio, sino también escuchar pronunciarlo al propio hablante autóctono al que se le ha grabado el uso de ese término dialectal.

Sobre la situación económica de la Academia que preside, Urrutia ha reconocido que los recortes en las administraciones han hecho «mella» en la economía de la institución lingüística.

«En menos de cuatro años -ha indicado-, hemos visto reducido nuestro presupuesto en un 35 % al perder ese porcentaje de las aportaciones públicas en una institución como la nuestra, que vive de lo que son subvenciones del Gobierno Vasco, de las tres diputaciones, del Gobierno de Navarra, de Madrid y la Oficina Pública francesa de la Lengua Vasca».

«Esto nos ha llevado a una situación, si no de crisis, porque hace tiempo que instalamos ya la filosofía del endeudamiento cero, sí de estrechez, al no poder atender a múltiples compromisos, que de otra forma hubiésemos podido atender», ha lamentado.

Su objetivo es hacer de la Academia una institución más ágil, que responda a las demandas de la ciudadanía. En esa implicación social, «la Academia no tiene por qué perder altura científica, trabajo de calidad. Lo que tiene que saber es socializarlo y ponerlo en manos de la gente».

En este sentido, ha subrayado que «una academia que no resulte útil a su sociedad, que la propia sociedad civil no perciba como algo importante, interesante y útil en el día a día, en mi opinión tiene poco que hacer».