Valladolid, 8 ago (EFE).- El escritor y crítico cinematográfico Jordi Costa ha opinado hoy que el cine de animación está viviendo una de sus etapas «doradas, ya que nunca se habían hecho tantos largometrajes de dibujos como en los últimos años».
«Con la revolución digital, se ha popularizado la animación porque, aunque sigue siendo caro, se han simplificado los procesos de realización de las películas», ha explicado el crítico en declaraciones a Efe, tras participar en el Curso de Cinematografía que promueve la Universidad de Valladolid.
Su conferencia en el curso, titulada «Pasado, presente y futuros truncados del anime», ha versado sobre el «anime» japonés y la figura del cineasta Satoshi Kon (1963-2010), uno de los directores más «importantes» de los últimos años, en opinión de Costa.
El adjetivo «truncados» viene dado por la temprana muerte de Kon, que falleció con 47 años, tras haber dirigido cuatro películas y una serie, pues con él el «anime» -nombre que recibe el cine de animación japonés- perdió a uno de sus directores «más valiosos».
El «anime» se consolidó en Japón en los años sesenta y actualmente hay cómics y cintas dirigidas para todo tipo de público, desde adolescentes, hasta ancianos, pasando por aficionados del ajedrez o aficionados del fútbol, ha contado Costa.
En cambio, en los países occidentales «parece que el modelo predominante de hacer animación sigue los pasos de Walt Disney».
En las películas en las que se sigue este patrón, el personaje animado se muestra como un actor que puede reflejar todo tipo de emociones reales, mientras que las películas de «anime» japonés no aspiran a mostrar algo real, sino sólo una representación de la vida.
Además, la animación en los países occidentales se dirige mayoritariamente a un público joven e infantil, aunque en los últimos años se han extendido las películas de dibujos dirigidas a un público adulto.
Así, «Arrugas» (2011), una historia de producción española, De Ignacio Ferreras, que narra la vida de dos ancianos que padecen alzheimer y residen en un geriátrico, está «dando la vuelta al mundo», en palabras de Costa.
Otro ejemplo reciente producido en España es «Chico y Rita» (2010), de Fernando Trueba, un director que quiso tener su hueco en esta especialización, tras haber dirigido diversas películas no de animación.
«El mercado del DVD está dando salida al ‘anime’ en España», ha opinado Costa, «porque la exhibición y la distribución en las pantallas todavía cuesta».
Sin embargo, en los últimos años han llegado a España dos películas de animación japonesa que han acercado al cine no solo a los amantes del manga, sino que también han cautivado a otro tipo de público.
Estos dos ejemplos son «El viento se levanta» (2013), de Hayao Miyazaki, y «La batalla de los dioses», último film de Dragon Ball, dirigida por Masahiro Hosoda, estrenado el pasado junio.
