Madrid, 25 jul (dpa) – Pedro Sánchez, un desconocido hasta hace apenas un par de meses, asume este fin de semana las riendas del PSOE con el reto de rehacer el principal partido de la oposición de España para asegurar una supervivencia amenazada por la caída electoral de los tres últimos años y el avance de una izquierda más ideológica.
El Partido Socialista (PSOE) se reúne el sábado y el domingo en Madrid en un congreso extraordinario en el que proclamará secretario general a Sánchez, de 42 años, en sustitución de Alfredo Pérez Rubalcaba, de 62, que decidió dimitir tras la debacle electoral de los comicios europeos del 25 de mayo.
Esas elecciones marcaron un antes y un después. Podemos, con una trayectoria de apenas cuatro meses y un líder de 35 años, el profesor de Ciencia Política Pablo Iglesias, se erigió en cuarta fuerza, por detrás de Izquierda Unida (IU). Puso a temblar a los socialistas, castigados en las urnas con un trasvase de votos a esos dos partidos.
Diputado, economista y profesor universitario madrileño, Sánchez es el primer líder en la historia del PSOE elegido por los militantes. Ganó las primarias del 13 de julio con un 49 por ciento de los votos frente a los otros dos aspirantes, pese a que hace unos meses pocos conocían su nombre y su cara.
El millar de delegados que asisten al congreso extraordinario lo confirmará el sábado. El domingo dará su primer discurso de calado como secretario general, el del cambio en el PSOE. Lo hará ante Rubalcaba y ante los ex presidentes del gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que confirmaron su asistencia al cónclave de la renovación del partido que ellos dirigieron antes.
El PSOE se agarra a las primarias de las que Sánchez salió vencedor para convencer a la ciudadanía de un afán renovador. Era la primera vez que un partido español dejaba a las bases elegir directamente a su líder.
Los ciudadanos que durante los últimos años protestaron en la calle contra la clase política que gestionó la crisis económica y los está sacando a golpe de recortes reclaman cambios sin dilaciones en la escena política. Con la irrupción de Podemos en el escenario, el PSOE está ante un ahora o nunca.
«El PSOE abre un tiempo nuevo», decía esta semana su aún número tres, Óscar López.
El lema del cónclave de fin de semana es «Cambiando el PSOE, cambiando España». La presidenta del congreso es la poderosa jefa del gobierno regional de Andalucía, Susana Díaz, que con 39 años está al frente de la federación más potente del partido y que con su apoyo tuvo mucho que ver en la victoria de Sánchez.
Los socialistas no solo luchan contra el desapego de los votantes, también contra la desmoralización que fue cundiendo en sus cuadros en tres años en los que han ido derrota en derrota, desde las elecciones generales de noviembre de 2011 que ganó el PP de Mariano Rajoy.
La prueba de fuego de Sánchez serán las elecciones municipales y autonómicas de mayo del año que viene.
Entre los pasos dados desde su victoria en las primarias están la orden a los eurodiputados socialistas de votar en la Eurocámara contra el conservador Jean-Claude Junker para presidente de la Comisión Europea y su compromiso de que el PSOE derogará la reforma laboral del gobierno de Mariano Rajoy cuando regrese al Ejecutivo.
Son guiños a unos votantes de izquierda de los que los socialistas no se preocuparon demasiado en los últimos años y que ahora pueden pasarse a Podemos o IU, si no lo han hecho ya.
El nuevo líder tiene también que cerrar la división interna que arrastra el PSOE desde febrero de 2012, cuando Rubalcaba confirmó su liderazgo por solo 22 votos de diferencia sobre la otra candidata, la ex ministra de Defensa Carme Chacón.
El equipo del nuevo líder habla de una Ejecutiva de integración. No estarán los dos candidatos que se enfrentaron a Sánchez en las primarias, el vasco Eduardo Madina y el andaluz José Antonio Pérez Tapias. Declinaron entrar, pero sí habrá gente cercana a ellos.
La presencia de mujeres será notable. Una de ellas será la ex ministra Chacón, de la que no puede descartarse que opte a ser candidata a La Moncloa en las primarias que para ello celebrará el partido después de los comicios municipales y regionales de mayo.
El nuevo número dos del PSOE será César Luena, de tan solo 33 años y hombre de la máxima confianza de Sánchez que ahora mismo ejerce de líder de los socialistas en la región de La Rioja.
Por Sara Barderas