Por Susanne Ehlerding (dpa) – Un newsletter o boletín informativo tiene que ser conciso y responder a las necesidades del lector. Pocos medios técnicos bastan para convertirse de receptor a emisor de este tipo de producto.
Los newsletters son una forma muy práctica de informar a grupos de muy diverso tamaño a través de e-mails. Y no siempre de cuestiones publicitarias, sino también de diferentes temas o iniciativas de la sociedad civil. El éxito no depende del dinero o de profundos conocimientos técnicos, sino de una serie de reglas básicas.
«En teoría un programa de correo electrónico normal basta para enviar un newsletter», señala Erwin Lammenett. «Pero es como escribir una carta en Excel», añade este experto en marketing en alusión a que hay muchos otros programas que lo hacen más fácil, como Backclick, Clever Elements, Cleverreach, Esender, Elaine, Mailchimp o Rapidmail.
Las ventajas de estas alternativas son que se puede medir el éxito del boletín o administrar los datos de los receptores. En todos los casos mencionados existen versiones gratuitas de prueba. Si no se supera un cierto número de abonados, son totalmente gratuitos Cleverreach y Mailchimp.
A los abonados hay que consultarles siempre si desean recibir el boletín, para evitar los abusos y el spam. Quien reciba newsletters ya sabe cómo funciona el sistema: se escribe la propia dirección de mail en la web del emisor y se recibe un correo con un link para activar la suscripción. Y solamente después de haber hecho clic en el enlace se entra a formar parte de la lista de distribución.
Además, los filtros de spam de los programas de mail o los que existan en la computadora pueden evitar que lleguen los boletines y eso puede ser otro motivo para elegir soluciones específicas. «Los fabricantes tienen acuerdos con los principales proveedores», explica Lammenett. «Eso aumenta las posibilidades de que lleguen los mensajes», porque los programas están en la lista de la Alianza de Emisores Certificados (Certified Senders Alliance), considerados seguros.
En cuanto al contenido, hay que ir «al grano de forma breve y directa», recomienda la especialista en marketing online Angélique Werner. «Para el receptor es importante el valor agregado y no la publicidad en sí», explica. Buenos consejos, un link a un video o instrucciones útiles. Hay que adivinar las necesidades del suscriptor para tener éxito.
Siempre es útil añadir un pequeño resumen inicial, añade Werner, que llame la atención y atraiga a la lectura del boletín, que como máximo puede llegar a las dos páginas tamaño DIN-A4.
La experta en comunicación Kerstin Hoffmann recomienda ser generoso con la información compartida. El contenido de un newsletter se puede comparar con el escaparate de un negocio. «Atrae el interés del lector y hace que se fije en lo que quiere decirle el emisor». Por eso son muy útiles para asociaciones o iniciativas. «Si consiguen convertir a los suscriptores en fans o lectores agradecidos, entonces ganan apoyo de manera automática».
Hoffmann subraya que no hay que tener miedo a que los lectores se vayan. «Un link para dejar de recibir la información que no funcione o un procedimiento complicado es el mejor método para ganarse enemigos», advierte. «Se pierden clientes, gente que recomiende el boletín o que en general habría estado predispuesta hacia él».
La estética en cambio es menos importante. Puede ser muy sencilla y sin fotos o elementos gráficos. «He hecho boletines con mucho éxito que parecían mails», dice Erwin Lammenett. Además del resumen introductorio es importante incluir links para profundizar. Las herramientas de los propios programas de envío permiten analizar si son mejor recibidos los boletines sencillos o más elaborados.
Lo mejor es probar diversas formas, enviarlas y ver qué versión fue más leída. La cantidad de información disponible determina si serán boletines diarios, semanales o mensuales. Para Lamenett, «ahí hay que tener mucho cuidado y no sacarse cualquier cosa de la manga que no sea realmente atrayente e interesante».