A Coruña, 10 jul (EFE).- Algunos dicen que ha sido la última musa del pintor Pablo Picasso, pero ella asegura que la relación que tuvo con el artista era de amistad. La actriz italiana Lucía Bosé visita hoy A Coruña para participar en un encuentro sobre el genio que descubrió su talento en la ciudad herculina.
«No me hablaba mucho de Galicia, la había un poco olvidado. No es que Galicia haya hecho mucho por Picasso, ahora empieza, nunca es tarde», ha indicado en una conferencia de prensa antes de su intervención esta tarde en el curso (II) Picasso en A Coruña. 1891-1895″, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el Ayuntamiento.
Y es que A Coruña ha organizado para el próximo año la exposición ‘El primer Picasso. A Coruña: 1891-1895’, que se inaugurará en la ciudad el 20 de febrero y con la que aspira a convertirse en el tercer vértice del artista, junto a Barcelona y Málaga, por lo que está desarrollando iniciativas para impulsar su figura, como potenciar la Casa Museo de Picasso.
Sin embargo, en sus primeros años en la ciudad, donde vivió su primer amor, presentó sus primeras exposiciones y tuvo su primer contacto con la muerte con el fallecimiento de su hermana.
Su padre le regaló su caballete y sus pinturas, «vio al genio pero Galicia no vio al genio», recuerda Lucía Bosé.
«Pintó unas doscientas obras en Galicia pero no tiene ninguna», asegura.
De la ciudad de A Coruña guarda bastantes recuerdos, pues su exmarido el torero Luis Miguel Dominguín tomó la alternativa en la aquí a mediados del siglo pasado, aunque confiesa que no le gustan las corridas de toros.
«Nunca me han gustado, les tengo un gran respeto», añade la artista.
«Lucía Bosé y Picasso: historia de una amistad» es el título de la ponencia que impartirá esta tarde la actriz en A Coruña, que puede «presumir de haber sido amiga de Picasso», ha dicho, en una conversación con el escritor Carlos G. Reigosa.
Picasso fue un «artista artista, no pequeño, él era un genio, yo no», ha confesado ante los periodistas, entusiasmados ante esta artista de pelo azul.
Lucía Bosé conoció sin saberlo a Picasso en un encuentro en Roma en casa del director Luchino Visconti.
«Entonces tenía 20 años y no sabía ni quién era Picasso», era la época de Modigliani, y «no sabía que era tan famoso».
Después, ya casada con el torero, volvieron a coincidir en Burdeos a iniciativa del artista, que pidió verla con motivo de un viaje de Dominguín para torear en la ciudad francesa, pues Picasso «era muy aficionado a los toros».
Y cuando la vio le dijo «¡te veo otra vez!», antes de recordarle aquel encuentro en Roma, y «así nos volvimos a conocer de verdad».
Ella no lo trataba como el gran genio que era y como lo veía todo el mundo, recuerda, sino «como un amigo con el que charlabas de la vida, de las cosas que pasaban, él (que vivía en Francia) sabía más que yo sin vivir en España».
Lucía Bosé dice ser española «a la fuerza», a donde llegó «por amor», y no quiere desvelar si es o no su pintor favorito o tiene otro.
«Aunque lo haya no lo diría», asegura del artista de personalidad «muy arrolladora» y con «ojos de toro, negros», que nunca vio parpadear.
Sobre la situación de la cultura en España ha dicho que es «un desastre» y está «ahora bajo cero cero» porque «no hay ningún interés, ninguna ayuda» y «no se fomenta». «Es una pena», lamenta.
Impulsora del fallido Museo de los Ángeles en Turégano, su «sueño», Lucía Bosé evoca una «época dorada de la movida cultural» que ahora es «la movida de la litrona, todos están borrachos», y asegura que prefiere vivir en su mundo en el que prescinde de «la mecánica». «Odio el teléfono», confiesa.
Por Elizabeth López.
