Madrid, 10 jul (EFE).- Con una larga y conocida trayectoria siempre identificada con el piano, el compositor italiano Ludovico Einaudi actuará mañana en Barcelona y el fin de semana por partida doble en Madrid para mostrar su obra, en la que las raíces de la música clásica abrazan sonidos cercanos al pop y la electrónica.
«El piano es muy interesante para componer música, porque es como escuchar una orquesta en blanco y negro: tienes enfrente de ti todas las ideas, todos los colores», asegura en entrevista telefónica con Efe Einaudi.
Vinculada con el minimalismo, la obra de este pianista (Turín, 1955) se caracteriza por un meticuloso trabajo de las melodías, sencillas pero extremadamente líricas, que aspiran a lograr un sonido natural y estilizado sin recurrir a artificios.
En busca de ese objetivo, Einaudi añade a su educación clásica todo tipo de recursos e ideas que surgen como fruto de la experimentación y de la escucha atenta de cualquier tipo de música que esté a su alrededor.
«Si experimentas con la música y con lo que la tecnología ofrece, a veces logras crear algo que puede ser incorporado a tu obra», explica el compositor, quien añade que el empleo de la informática en la música no es algo extraño, ya que «en los últimos veinte o treinta años todo el mundo está usando ordenadores para cualquier tipo de trabajo».
«A veces escucho algo mientras trabajo que me gustaría tocarlo con las máquinas y, a veces, esa intención creativa me lleva a desarrollar algo que no podría hacer con un instrumento acústico», dice.
Eterno curioso y amante de la indagación creativa, Einaudi acude en esta ocasión a España rodeado de una banda con cuerdas, percusión, guitarra e instrumentos de música electrónica, para plantear un recorrido por toda su obra, desde las composiciones más antiguas hasta su último álbum, «In a time lapse», como si el recital fuera «un retrato completo» de su trayectoria.
Además, asegura que la banda que le acompaña le dará libertad y «un rango amplio de sonido» en sus conciertos el viernes en el Teatre Grec de Barcelona y el sábado y el domingo en el Teatro Circo Price de Madrid.
«No soy como un dictador», bromea sobre su actitud en directo. «Me gusta mucho que todos sobre el escenario encuentren su dimensión. Creo que cada músico tiene que encontrar su diversión, su espacio, así que siempre hay lugar para la improvisación», explica.
«Creo que de esta manera hay más motivación, si cada uno está involucrado personalmente en el concierto», afirma.
Al repasar sus más de veinticinco años de trayectoria, en la que figuran también bandas sonoras tan populares como la de la película francesa «Intocable», Einaudi cree que al principio priorizaba «un acercamiento melódico», mientras que ahora ya no es su única pretensión.
«Me gusta que cuando el público escuche mi música oiga algo diferente, que cambie todo el rato», explica. «Tiene que haber misterio en la música, algo que no esté completamente claro, porque, si no, se convierte en previsible».
Acerca de la nueva música que le atrae y le inspira, Einaudi cita «un movimiento de jóvenes pianistas en torno a Berlín», como Nils Frahm y Hauschka, pero confiesa que últimamente no puede recomendar nada «de manera entusiasta» en el pop.
«Creo que técnicamente hay una calidad muy alta, pero a veces siento que no hay nada que me dé un ‘flash’ inspirador, que me abra a una nueva perspectiva», afirma.