Espionaje entre aliados : EEUU pone a prueba la paciencia alemana

6443481wBerlín, 7 jul (dpa) – El nuevo capítulo en el espionaje de Estados Unidos en suelo alemán amenaza con acabar con la paciencia de Alemania, enfrascada por un lado en reclamar a Estados Unidos «una explicación clara y rápida» y por otro, en intentar minimizar en lo posible el daño en las relaciones con un aliado «importante».

El presidente Joachim Gauck advirtió claramente este domingo que se está «poniendo en juego la amistad» entre ambas naciones y aseguró que de demostrarse finalmente las acusaciones, «Alemania deberá decir claramente: ‘Ya basta’».

Lejos quedan ya las declaraciones del presidente estadounidense, Barack Obama, asegurando que la canciller alemana, Angela Merkel, no debía temer volver a ser espiada, después de que las revelaciones del ex agente de la NSA Edward Snowden desvelaran un supuesto espionaje de las comunicaciones de la mandataria alemana, algo que está analizando actualmente la Fiscalía alemana. Sin embargo, se guardó mucho de mencionar otros ámbitos.

La noticia de la detención de un trabajador de los servicios secretos alemanes (BND) acusado de filtrar 218 documentos a los servicios secretos estadounidenses -tanto a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) como a la Agencia Central de Inteligencia (CIA)- por 25.000 euros, no ha hecho más que echar más leña al fuego en un momento en el que la Unión Europea (UE) está negociando con Washington un Tratado de Libre Comercio.

«Se trata, si esto es así, de un asunto muy grave», aseguró la mandataria alemana durante su visita a China donde quiso dar un mensaje claro con la mirada también puesta en los ciberataques que reciben las empresas alemanas desde China: «El espionaje destruye la confianza en el mundo».

«Si resultan ser ciertas las acusaciones, esto será para mí una clara contradicción con lo que yo entiendo por una cooperación de confianza entre servicios y socios», agregó Merkel.

Desde Estados Unidos guardan silencio. El último viaje de la mandataria alemana a Washington mostró grandes diferencias en la percepción de los límites de los servicios de inteligencia.

«Tenemos algunas dificultades que superar», reconoció entonces Merkel, al mismo tiempo que aseguró que existe una estrecha cooperación a la que no se puede renunciar en la lucha contra el terrorismo.

Estados Unidos no debe olvidar que Alemania es un país particularmente sensible al manejo de la privacidad de las comunicaciones y al derecho a la intimidad debido, entre otros factores, a las secuelas dejadas también en este sentido por el nazismo y la Stasi, la policía política de la Alemania comunista. En base a esto, sus ciudadanos ejercen una gran presión sobre el gobierno para que impida técnicas de vigilancia como las estadounidenses.

Desde Berlín reconocieron hoy que las actividades de los servicios secretos estadounidenses han dejado claro que existen «diferentes perspectivas sobre seguridad», por lo que es necesario acercarlas y encontrar un «equilibrio» entre ellas.

Pero, ¿cuánto tiempo está dispuesta a aguantar Alemania antes de encontrar ese equilibrio? «Hay que acabar finalmente con la manía del espionaje de la NSA», aseguró hoy el ministro de Justicia, Heiko Maas.

Los políticos alemanes son conscientes de que deben mostrarse firmes de cara a la opinión pública a pesar de que las posibilidades de éxito sean mínimas. En el pasado ya fracasó la iniciativa de firmar un acuerdo anti-espionaje y nada hace pensar que este nuevo escándalo vaya a reflotar esta idea.

En Estados Unidos esperarán a que pase la tormenta. Mientras, en Berlín empiezan a filtrarse noticias como la intención del ministro de Interior alemán, Thomas de Maizière, de poner en marcha una serie de contramedidas al espionaje de Estados Unidos como vigilar las comunicaciones de la CIA y de la NSA en Alemania e intensificar el trabajo de los servicios secretos alemanes en Estados Unidos.

Por Almudena de Cabo