Oviedo, 5 jul (EFE).- El candidato a secretario general del PSOE José Antonio Pérez Tapias ha defendido hoy la necesidad de que la formación apueste por políticas transformadoras y alternativas a las neoliberales y por hacer llegar a la ciudadanía que es un verdadero partido de izquierdas
«No basta con que nos sintamos de izquierda, si no que lo tiene que percibir la ciudadanía», ha dicho Pérez Tapias en declaraciones a los medios de comunicación antes de mantener un encuentro con la militancia en la localidad asturiana de El Entrego.
En ese foro, el aspirante socialista ha asegurado que está muy satisfecho de la respuesta que está teniendo su candidatura entre distintas agrupaciones y federaciones socialistas que ha visitado.
Ha afirmado que su candidatura suscita apoyos porque los militantes ven que puede aportar soluciones al PSOE y que, en el caso de Asturias, ha sido fuente de numerosos avales que le han permitido pasar el primer escalón y poder seguir en la carrera por la secretaría general.
Ha afirmado que su interés pasa por conseguir que el PSOE ponga al día su organización, con mayor democracia interna y propuestas, que lleven a que funcione bien y se abra a la ciudadanía para que ésta se involucre en las decisiones del partido.
A partir de ahí, ha dicho, hay que ir perfilando propuestas que consigan que el PSOE se reconozca como un partido de izquierda, defensor de los trabajadores ante una reforma laboral tan agresiva como la del PP, por ejemplo.
En su opinión, el PSOE también debe dotarse de instrumentos de defensa para la reconstrucción social.
Tapias ha afirmado que le diferencia de las otras dos candidaturas una «propuesta consistente, sólida y bien planteada para que el PSOE recupere su puesto en la izquierda, sea reconocible como socialista y que los ciudadanos perciban en él una alternativa de gobierno y de políticas transformadoras en contraposición a las neoliberales del PP».
Ha añadido, que el PSOE no puede contribuir a que el país caiga en un pozo y que su idea de España pasa por configurar un Estado «donde todos quepan» y en el que, dentro de «una democracia social de derechos, se añadan nuevos componentes que hagan esa convivencia social más sólida».
