Bogotá, 13 jun (dpa) – Los colombianos definirán el domingo el gobierno que asumirá el poder para el periodo 2014-2018 en medio de una marcada polarización que ha dividido las opiniones en el país entre las vías planteadas por los candidatos Juan Manuel Santos y el opositor Óscar Iván Zuluaga para alcanzar la paz.
Las denuncias, los acalorados debates a los que se sometieron los aspirantes, las alianzas políticas y la intensificación propagandística han sido constantes durante las últimas tres semanas.
Después de la primera vuelta del pasado 25 de mayo, las adhesiones fueron casi inmediatas. Santos recibió el respaldo de la mayor parte de los congresistas del Partido Conservador, así como de la izquierdista Unión Patriótica.
Además la ex candidata presidencial por el partido Polo Democrático Alternativo Clara López se sumó al apoyo para el mandatario pese a que su bancada decidió dar libertad a sus seguidores para la votación.
Posteriormente, brindaron su respalo a Santos varios de los líderes del independiente Partido Verde y del Movimiento Progresista, liderado por el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, al igual que reconocidos empresarios y defensores de derechos humanos.
Las alianzas con el presidente-candidato, que representa a la coalición de centro-derecha Unidad Nacional, se basaron principalmente en la búsqueda de la paz que su gobierno emprendió desde finales de 2012 con el inició de un proceso de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Cuba.
En la última semana se conocieron avances significativos en los diálogos de La Habana, que después de 19 meses ya dejan acuerdos preliminares en tres de los cinco puntos de la agenda. Por primera vez en la historia, las FARC reconocieron a las víctimas y se comprometieron a incluirlas en la actual fase de discusión.
Además, el gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la segunda guerrilla más importante del país, revelaron que desde enero pasado realizan una «fase exploratoria para iniciar un proceso de paz paralelo al de las FARC y terminar así #definitivamente» el conflicto armado interno que vive el país desde hace medio siglo.
Por su parte, Zuluaga, candidato del partido de derecha radical Centro Democrático que en la primera ronda obtuvo quedó primero con el 29,25 por ciento de los votos, por encima del 25,69 por ciento de Santos, recibió el apoyo de la ex candidata presidencial del Partido Conservador Marta Lucía Ramírez, quien quedó en el tercer lugar con el 15,52 por ciento.
Asimismo, otra parte del Partido Verde, varios líderes campesinos y ex miembros de la fuerza pública se unieron a Zuluaga, cuyo jefe político es el ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010), principal líder de la oposición y partidario de acabar con la guerrilla por la vía militar.
Aunque el candidato del «uribismo» ha sido un permanente crítico de las negociaciones con la guerrilla e incluso ha afirmado que en Colombia no hay un conflicto armado, sino una lucha del Estado contra «grupos terroristas», en los últimos días ha matizado su postura y ha afirmado que de ser presidente continuaría los diálogos bajo condiciones «claras», como el cese al fuego unilateral y definitivo.
Las últimas encuestas reflejaron la división por la que atraviesa el país. De cuatro sondeos conocidos hasta la semana pasada, dos le dan la victoria a Santos y los otros dos a Zuluaga, lo que pone a los candidatos en «un empate técnico».
Según las normas electorales, está prohibido divulgar encuestas en la semana anterior a los comicios, por lo que se desconoce hasta qué punto ha cambiado la intención de voto en medio de los anuncios de Santos sobre los procesos con las FARC y el ELN y los escándalos que han sacudido a ambas campañas.
Zuluaga fue acusado de estar vinculado con un “hacker” capturado por intentar sabotear el proceso con las FARC, mientras a Santos le salpicó la sospecha de la supuesta entrada de fondos del narcotráfico a su campaña cuando fue elegido presidente en 2010. Otro de los temas clave de los debates fue la participación en política de miembros activos de la Policía.
Así, las propuestas para la mejora de la sanidad, la educación, el empleo y la vivienda de cada uno de los candidatos quedaron opacadas así por cuestionamientos y acusaciones mutuas, convirtiendo la paz en el tema central de campaña.
Por Tatiana Rodríguez
