Madrid, 13 jun (EFE).- A pesar de que las previsiones apuntan a que es poco probable que llueva, las monjas clarisas están a la espera de recibir de algún mensajero de la Casa Real la docena de huevos con los que, según la tradición, rezarán para ahuyentar la lluvia en días señalados, como el que tendrá lugar el próximo jueves con la ceremonia de entronización de Felipe VI.
Y es que la lluvia en un día tan señalado como una boda o un comienzo de reinado puede interpretarse como un mal augurio, al menos según la centenaria tradición de llevar una docena de huevos a las monjas clarisas, para que recen por la fidelidad, la felicidad y la ausencia de lluvia.
Aún así, las clarisas suelen restar importancia a lo que se ha convertido en un ritual antes de un acontecimiento importante, ya que, según ellas, lo que importa es que los matrimonios sean felices, no que brille el sol y que los novios puedan lucir sus mejores galas.
Hace diez años, para la boda de los Príncipes de Asturias, llevaron varias docenas de huevos, aunque en ese caso «no funcionó», recuerda la hermana María, una de las monjas clarisas de la Iglesia de San Pascual, en Madrid.
«Más no pudo llover, pero hoy son muy felices», reconoce, risueña, la hermana María, cuyo convento recibe cada año centenares de huevos frescos, muchos más en época de bodas, bautizos y comuniones.
«Para primeras comuniones también nos traen huevos, porque son días en los que siempre es agradable que no llueva», explica la hermana María.
Además, en los últimos años, también se han apuntado a la tradición los estudiantes, que confían en que los rezos de las monjas sean una ‘ayuda extra’ en época de exámenes finales.
En realidad, Santa Clara de Asís es la protectora de la paz en el matrimonio, pero la tradición popular ha asociado su nombre al tiempo claro, lo que llevó a enviar claras a estas monjas para rogar por la presencia del sol en días señalados.
El mismísimo Cristóbal Colón encomendó a las clarisas el éxito de su viaje en 1492 y, en 1958, Pío XII la proclamó Patrona de la Televisión.
Hay días en los que nadie lleva huevos y días en los que acuden a la Iglesia de San Pascual hasta tres o cuatro personas, comenta la monja clarisa, pero siempre se disparan las ofrendas en mayo y junio.
Al contrario de lo que dictan las habladurías populares, la hermana María rechaza la creencia popular de que tenga que ser la novia quien lleva la docena de huevos e incluso la necesidad de llevarlos, pues la monjas clarisas «siempre» rezarán por que todo salga bien, de manera desinteresada.
De esta forma, aclara que puede ser cualquier miembro o representante de la Casa Real el que acuda a ofrecer los huevos a las clarisas, si bien ellas ya están rezando por el reinado y la felicidad de los Príncipes de Asturias.
Sobre las docenas y docenas de huevos que se le juntan en el convento entre mayo y junio, la monja clarisa comenta, entre risas, que no se los comen.
«¡Imagínate lo mal que le sentaría a mi salud!», exclama, antes de explicar que, «obviamente», se los dan a gente que lo necesita, porque ahora son muchos los que atraviesan malas situaciones.
Llevar huevos a Santa Clara se ha convertido en una apuesta por un tiempo soleado en un día señalado y para recogerlos siempre hay una persona a la espera, por lo que los novios, amigos o familiares pueden ir cuando quieran, señala la hermana María.
¿Qué ocurrirá el próximo 19 de junio, día de la proclamación del rey Felipe VI? La hermana María asegura que todavía no ha acudido al convento algún representante de la Casa Real, aunque se mantienen «a la espera» y, de todas maneras, rezarán por que todo salga bien.
Irene Sanz Duva
