Madrid, 22 may (dpa) – Ni Mariano Rajoy ni Alfredo Pérez Rubalcaba concurren a los comicios europeos del domingo en España, pero el jefe del gobierno y el líder de la oposición afrontan en ellos el examen electoral más importante en lo que va de legislatura.
Tras dos años y medio de políticas de austeridad de Rajoy frente a la crisis y después de la debacle electoral del Partido Socialista (PSOE) en noviembre de 2011, estos son los primeros comicios en los que están llamados a las urnas los ciudadanos de toda España.
Algo más de 36,5 millones están convocados a elegir a los 54 representantes españoles en una Eurocámara con 751, en unas elecciones en las que se prevé una abstención histórica, de hasta el 60 por ciento.
Las últimas encuestas publicadas dan la victoria al Partido Popular (PP) de Rajoy, aunque difieren en la ventaja sobre el PSOE. El diario «El Mundo» la cifraba en 8 puntos, «El País» en solo 1,5.
Los socialistas confían en cualquier caso en haber remontado con la polémica protagonizada por el ex ministro Miguel Arias Cañete, cabeza de lista del PP, por sus palabras machistas tras el debate electoral en televisión frente a la socialista Elena Valenciano.
«El debate entre un hombre y una mujer es muy complicado», dijo a la mañana siguiente de no salir muy airoso de la cita. «Si haces un abuso de superioridad intelectual, parece que eres un machista y estás acorralando a una mujer indefensa».
Las críticas llovieron sobre Cañete, que hasta su salida del gabinete de Rajoy para hacer campaña electoral era el ministro más valorado en las encuestas. La polémica agitó de hecho una campaña anodina en la que el PP se esforzaba por mantener bajo el perfil de su candidato para evitar movilizar a la izquierda.
Entre las elecciones generales de noviembre de 2011 y hoy, España sufrió los ajustes y recortes más duros de su historia democrática. Pero la economía comienza ahora a dar señales de recuperación que Rajoy y su partido han aprovechado de cara a los comicios.
«Pido el voto para decirle adiós a la crisis y enfocar el camino de la recuperación», ha dicho Rajoy en campaña. «No debemos dejar que los socialistas arruinen la recuperación».
El resultado de los comicios europeos revelará si esas señales económicas pueden frenan el desgaste que la política de austeridad de Rajoy -y también el escándalo de la supuesta financiación ilegal del PP- han infligido al partido gobernante. Si vence, aunque sea por la mínima, Rajoy podrá proclamar un respaldo a su gestión.
«Si el día 26 no queréis que Rajoy tenga un cheque en blanco para seguir recortando, hay que votar al PSOE porque somos el único partido capaz de parar a Rajoy», aseguró Rubalcaba en un mitin, en una campaña que su partido articuló como una confrontación ideológica entre la derecha y la izquierda.
En el PSOE, en travesía por el desierto desde su hundimiento electoral de 2011, la victoría daría oxígeno al cuestionado liderazgo de Rubalcaba a pocos meses de las primarias abiertas en las que elegirá candidato a La Moncloa en las generales de 2015.
Pero si no vence al PP tras dos años y medio de recortes de Rajoy, se abrirá seguramente paso la inestabilidad interna.
Más allá de todo esto, las encuestas anticipan una caída de votos de los dos grandes partidos, lastrados por la desafección a la política tradicional que la ciudadanía ha desarrollado en la crisis y que conduce a la abstención o dirige el voto hacia formaciones medianas y pequeñas e incluso hacia nuevos partidos.
El bipartidismo no parece estar aún amenazado, pero sí hay una tendencia al castigo a quienes protagonizaron la política en los últimos años.
La idea de que PP y PSOE son lo mismo, reforzada en esta campaña por el mítico ex presidente del gobierno Felipe González al proponer una gran coalición de gobierno, perjudica sobre todo a los socialistas. Las encuestas anticipan un traspaso de sus votos a Izquierda Unida (IU) y a formaciones de izquierda más pequeñas.
«Pedimos el voto a los defraudados, no lo robamos a nadie», proclamó en campaña Cayo Lara, líder de IU, la tercera fuerza de ámbito nacional a la que las encuestas auguran un aumento de los tres eurodiputados que tiene en este momento.
En España, al contrario que en otros países europeos, no existe un fenómeno populista o euroescéptico como Beppe Grillo en Italia o la ultraderechista Marine Le Pen en Francia, pero sí han surgido partidos -sobre todo en la izquierda- al calor del descontento generado por la crisis, económica e institucional.
A Podemos, del profesor universitario Pablo Iglesias, las encuestas le abren la puerta a la Eurocámara con uno o dos diputados.
Por Sara Barderas