Donetsk, 20 may (dpa) – Decenas de miles de ucranianos pidieron hoy el fin de la violencia en el este de Ucrania, siguiendo la llamada del multimillonario Rinat Ajmetov a resistir pacíficamente a los separatistas. En tanto, Rusia aseguró que sus tropas se están retirando de la frontera con Ucrania, algo que no constató la OTAN.
Ajmetov, el hombre más rico de Ucrania y el mayor empresario del este del país, criticó las acciones de los separatistas y llamó a la población local a defenderse en un video que pudo verse la noche pasada en el estadio de fútbol de Donetsk, de cuyo equipo es dueño.
Para el multimillonario de 47 años, que calificó el baño de sangre de «genocidio», los separatistas libran una «batalla contra los habitantes del Donbás».
Ajmetov es propietario de plantas de acero, fábricas y minas de carbón en la región minera de Donbás -en la que se encuentran Donetsk y Lugansk- y recientemente puso a sus trabajadores al servicio de la policía para que la ayudasen a restablecer el control en la zona.
«Saquear en las ciudades y secuestrar a civiles, ¿qué es eso, una lucha por el bienestar de nuestra región? ¡No! ¡Es una lucha contra nuestro pueblo, una lucha contra Donbás! ¡Es un genocidio de Donbás!», afirma en el video el que antes fuera aliado del destituido Viktor Yanukovich.
Acusado en el pasado de crimen organizado, Ajmetov tiene fuertes vínculos con los políticos locales y regionales y se cree que su postura sobre los disturbios podría influir en el debate público. Su mensaje llega pocos días antes de las elecciones presidenciales convocadas para este domingo en Ucrania que rechazan los separatistas.
Decenas de miles de personas, entre ellas muchos empleados de Ajmetov, apoyaron hoy las palabras del oligarca con breves paros en sus puestos de trabajo y fuertes bocinazos, una reacción que los analistas consideran un gesto importante en medio del conflicto. Por su parte, los separatistas prorrusos criticaron la llamada de Ajmetov. Según el líder separatista Denis Pushilin, el multimillonario se decidió «por el terror» y contra el pueblo.
Mañana miércoles está prevista la celebración de una tercera mesa redonda para la resolución del conflicto ucraniano. El gobierno de Kiev ya reconoció que las elecciones del domingo no podrán celebrarse en gran parte de Donetsk y Lugansk, las regiones del este del país que la semana pasada votaron a favor de la independencia de Kiev.
Los líderes separatistas anunciaron el lunes que no reconocerán los resultados de los comicios y llamaron a la población a tomar las armas.
Mientras, el gobierno de Kiev continúa adelante con su «operación antiterrorista» para intentar recuperar el este del país. Al menos cuatro soldados resultaron heridos en un tiroteo cerca de Slaviansk, informó hoy el Ministerio de Defensa.
El Parlamento de Kiev instó hoy a los separatistas del este a dejar las armas y a desalojar los edificios ocupados, además de aprobar un fortalecimiento del estatus del idioma ruso, que se habla sobre todo en el este del país. Aun así, el ucraniano seguirá siendo el único idioma oficial.
En tanto, el Ministerio de Defensa de Moscú aseguró que tropas rusas comenzaron a desmantelar sus campamentos cerca de la frontera con Ucrania, en una retirada que sea gradual. El presidente Vladimir Putin ya había anunciado el lunes el repliegue de las tropas, pero la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) señaló que hasta esta mañana no había registrado movimientos.
Putin se reunió hoy en Shanghai con su homólogo chino, Xi Jinping, en una visita que estuvo marcada en parte por el conflicto ucraniano. Ambos mandatarios expresaron su «grave preocupación» por la crisis en Ucrania y llamaron a todas las partes a reducir la tensión y llevar a cabo «amplias conversaciones a nivel nacional».
Desde Alemania la canciller Angela Merkel consideró que tendrá «una importancia decisiva que Rusia acepte el resultado de las elecciones» y vio razones para «cierta esperanza» ante los comicios. Su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, recibió en tanto en Berlín a su par ucraniano, Andrei Deshitsa.
Por otro lado, la Comisión Europea transfirió hoy a Ucrania 100 millones de euros, la primera parte de un paquete de ayudas de 1.600 millones de euros. El segundo tramo, de 500 millones de euros, será transferido «en las próximas semanas», tan pronto como el Parlamento de Kiev acuerde a qué se destinará dicha cantidad.
Desde que comenzó el conflicto en Ucrania, unas 10.000 personas abandonaron sus hogares en Crimea y el este del país, informó desde Ginebra la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR.
La mayor parte de los desplazados pertenece al grupo étnico de los tártaros. Además, muchos de ellos están huyendo por segunda vez, ya que primero dejaron sus hogares en Crimea -anexionada por Rusia- y ahora huyen de los separatistas del este. Según las autoridades locales, además de los tártaros de Crimea, cada vez hay más desplazados ucranianos, rusos y de familias mixtas.