Buenos Aires, 14 may (EFE).- Los principales sindicatos opositores de Argentina volverán a salir a la calle este miércoles contra el Gobierno de Cristina Fernández y sus políticas para combatir la creciente inflación, la pobreza y la inseguridad.
La Confederación General del Trabajo (CGT), que aglutina a los principales gremios opositores, han convocado «a toda la sociedad» a participar en la convocatoria, que tiene como objetivo la creación de «una mesa para debatir alternativas para combatir el flagelo de la inseguridad y la inflación».
Encabezada por Hugo Moyano, la CGT celebrará un acto central en la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, la sede del Ejecutivo en Buenos Aires, donde se leerá un documento «contra la inseguridad, la inflación y la pobreza».
«Observamos con preocupación a los equipos económicos que rodean a los dirigentes políticos, tanto en el oficialismo como en la propia oposición, porque hay mucho cerebro ‘formateado’ por un sistema que nos ha llevado a la decadencia en los últimos cuarenta años», afirma la CGT en la convocatoria.
A la movilización se unirán los trabajadores agrupados en la Unión Tranviarios Automotor (UTA), los ferroviarios de La Fraternidad, la Federación Argentina de Conductores de Taxi y la Asociación Argentina de Aeronavegantes, entre otros gremios.
La Central de Trabajadores de Argentina (CTA) no participará en la protesta ya que apuesta por «una medida más fuerte», según dijo en declaraciones a la radio local su líder, Pablo Micheli, quien planteó la posibilidad de convocar un paro general de 36 horas.
Tampoco estará en la convocatoria la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), dirigida por el jefe de la CGT oficialista, Antonio Caló, que comenzó hoy un paro de 24 horas contra las empresas siderúrgicas del Grupo Techint y Arcelor Mittal para pedir mejoras salariales.
El pasado 10 de abril, y convocada por la CGT, Argentina vivió una jornada de paro general, con gran adhesión en todo el país, para protestar por la creciente inflación, que acumula un 9,7 por ciento en los primeros meses de 2014.
Aunque Cristina Fernández no tuvo ninguna huelga general en su contra durante su primer mandato (2007-2011), en su segunda y última etapa al frente de la Casa Rosada ha aumentado sensiblemente la conflictividad.
En noviembre de 2012, los sindicatos, encabezados por Moyano, convocaron la primera huelga general contra el Gobierno de Fernández, que a finales del pasado año vio cómo se multiplicaron las protestas con un paro inédito en la policía y ha tenido que mediar también en el conflicto docente retraso el inicio del curso escolar.