Guardiola llega a su «día D» en Múnich

5750892wpep(dpa) – No se quemarán los árboles: los alemanes son muy respetuosos de la naturaleza y Karl-Heinz Rummenigge, mal traducido al español, apenas dijo que Múnich «arderá». Con pirómanos o no en torno al Allianz Arena, lo que está claro es que el partido de hoy tiene un altísimo voltaje para Josep Guardiola, cara a cara por fin con su «día D» en Múnich.

Y el tema es uno solo: posesión con goles o posesión estéril. Con el ventajismo que implica el análisis una vez sellado el resultado, Guardiola sabe que será juzgado antes de la medianoche  en función de si está o no en la final de Lisboa. Y como el español no renunciará a su convicción de que lo mejor es ser el dueño de la pelota, si las cosas salen mal, su sistema será cuestionado.

Con clima otoñal y posibles lluvias a la hora del partido, el pulso de Guardiola estará a mil en el Bayern Múnich-Real Madrid por la Liga de Campeones. Si su equipo no logra hacer caer el arco contrario -y ni aun así estaría garantizado-, a Lisboa volará el Real Madrid, ese equipo que marcó su carrera de técnico casi tanto como el Barcelona.

Son días duros para Guardiola. Tito Vilanova, su ex «número dos» y durante años amigo íntimo, murió el viernes en Barcelona víctima de un cáncer. Distanciado de él en los últimos tiempos, Guardiola no tuvo ni tiempo para procesar el dolor, porque toda Alemania tiene puestos sus ojos, críticos ojos, en él.

¿Fue la conquista de la Bundesliga más rápida de la historia el límite de Guardiola y de su Bayern «reformado»? Los bávaros llegaron esta temporada a extremos muy poco alemanes en cuanto a posesión del balón. Tanto, que la némesis de Guardiola, el hiperlocuaz Franz Beckenbauer, comenzó a burlarse en público del equipo del que es presidente de honor.

«Así terminarán jugando en algún momento como el Barcelona, que uno ya no puede ver porque cuando llegan a la línea de gol vuelven a pasar la pelota hacia atrás. Seremos como el Barcelona, nadie querrá vernos». La frase es del «Kaiser», apenas el mes pasado tras un 1-1 ante el Arsenal en la Liga de Campeones.

«Tiene razón, hemos jugado la primera parte de forma aburrida», le respondió lacónico Guardiola. Pero el «Kaiser» no suelta a sus presas, y en la misma noche de la derrota por 1-0 ante el Real Madrid en el Bernabéu apuntó directamente a lo más sensible del alma guardioliana.

«No importa cuántos pases y posesión del balón tengas: todo eso no sirve para nada si no anotas ningún gol», escribió en su columna mensual para dpa global media service. Y el fin de semana insistió: si el Bayern juega como lo hizo en la Bundesliga ante el Werder Bremen, el Real Madrid goleará en el Allianz Arena.

Que la historia marque nueve victorias del Bayern contra apenas un empate del Real Madrid en diez partidos jugados en Múnich por Copas de Europa no tiene el peso que debería en el debate en Alemania, porque la encrucijada de Guardiola es demasiado atractiva, casi morbosa. El español busca zafarse con una combinación de principios y astucia.

«He leído y escuchado en Madrid que están en la final y que ya la han ganado. Nosotros lo vemos diferente. Vamos por detrás en el marcador e intentaremos marcar. Eso sí, sabemos lo difícil que será».

«No busco excusas. Yo amo tener el balón, como jugador y como entrenador. Tener el balón para atacar más que el contrario, pero al final en el Bernabéu ganó el Madrid. Tiramos más córners que ellos, corrimos más que ellos, chutamos más que ellos, pero perdimos. Por eso tienen razón ellos».

Lo cierto es que Guardiola se planteó una empresa colosal: cambiar el gusto futbolístico alemán tras una temporada perfecta en la que el Bayern no sólo había ganado todo, sino además jugado muy bien.

El 72 por ciento de posesión del balón en el Bernabéu por parte del Bayern no fue muy distante del 69,6 por ciento exhibido como promedio esta temporada en la Bundesliga, recuerda hoy el periódico inglés «The Guardian».

Otra cosa es comparar el Bayern de hoy con el de Jupp Heynckes: el técnico alemán hizo jugar a su equipo con un 54,4 por ciento de posesión en la Liga de Campeones, cifra que cayó al 48,6 en las eliminatorias a doble partido. De aquellos partidos de las rondas de nocaut se destacan el 4-0 global sobre la Juventus y el 7-0 al Barcelona.

Y Guardiola, muy inteligente como jugador y tanto o más como entrenador, lo sabe bien: goles son amores.

Por Sebastián Fest