Madrid/Los Angeles, 25 (dpa) – El Oscar a la mejor película de habla no inglesa ¿irá al cine europeo? Si es así, los académicos van a lo seguro. ¿O se arriesgará la Academia de Hollywood a premiar una película capaz levantar ampollas con su crítica al maltrato israelí de los palestinos? Si es así, suscitará polémica. Tal vez los académicos opten por dar una oportunidad al poético y conmovedor debut de Camboya en los Oscar.
«THE BROKEN CIRCLE BREAKDOWN»: Esta película que firma el belga Felix Van Groeningen es un drama clásico con tres ingredientes esenciales que gustan mucho en Hollywood: amor, dolor y lágrimas. Ella (Verlee Baetens) tiene una tienda de tatuajes; él (Johan Heldenbergh) es músico, y lo suyo es amor a primera vista. Pero todo se trunca cuando su hija sufre una grave enfermedad. La cuarta película de Van Groeningen (Gante, 1977) ha recibido premios de festivales y del público comenzando por el de la Berlinale el año pasado. Su protagonista, Baetens, se alzó además como la Mejor Actriz en los últimos Premios del Cine Europeo. Bélgica, que entró en la carrera al Oscar por primera vez en 1970 y desde entonces ha llegado a la selección final en otras cuatro ocasiones, jamás se ha llevado el premio a casa. Tal vez a la quinta vaya la vencida.
«LA CAZA»: El danés Thomas Vinterberg concurre por primera vez con «La caza», un drama protagonizado por uno de los daneses de mayor proyección internacional: Mads Mikelsen ya recibió el premio al mejor actor de Cannes con este trabajo en el que da vida a un profesor cuya pacífica vida da un giro radical por las acusaciones de abusos de una niña malcriada. Tras su celebrada «Festen» (1998), el director nacido en Conpenhague en 1969 consiguió abrirse camino en Hollywood con «It’s All About Love» (2003), protagonizada por Joaquin Phoenix y Claire Danes, y siguió en la senda americana con «Dear Wendy», con Jamie Bell y guión de Lars von Trier, pero han sido sus trabajos en su país natal los que más satisfacciones le han reportado. Dinamarca ha recogido el Oscar en tres ocasiones: «El festín de Babette», de Gabriel Axel, en 1987, y al año siguiente con «Pelle el conquistador», de Bille August. La última vez fue en 2010 con «In a Better World», de Susanne Bier.
«LA GRANDE BELLEZZA: Italia fue el primer país en levantar el Oscar a la mejor película de habla no inglesa en 1947 con «El limpiabotas», de Vittorio de Sicca. Él y Federico Fellini fueron los causantes de que la estatuilla dorada haya viajado a Italia más veces que a ningún otro lugar. Y ahora, el más felliniano de los directores que conforman el panorama actual italiano, Paolo Sorrentino, aspira con «La grande bellezza» a revalidar ese honor que Roberto Benigni recogió por última vez en 1998 con «La vida es bella». «La grande bellezza», un drama satírico con un incomensurable Toni Servillo como cicerone de una monumental Roma, fue distinguido ya con el Globo de Oro a la mejor película extranjera. También se llevó el BAFTA y cuatro galardones en los Premios del Cine Europeo, entre ellos el de mejor actor, director y película. Aunque algunos reprochan a Sorrentino cierta ampulosidad, son muchos -según las apuestras- a los que les gustaría que el Oscar fuera de nuevo a Italia.
«OMAR»: En 2005 los académicos no se atrevieron a premiar «Paradise Now» (Hany Abu Assad), un vibrante drama sobre dos jóvenes palestinos abocados a cometer un atentado suicida y la primera producción palestina en optar a un Oscar. Abu Assad (Nazareth, 1961), concurre de nuevo con «Omar», un inquietante drama a ritmo de trepidante thriller sobre cómo los servicios secretos israelíes manipulan a un palestino. Estrenada en Cannes, la cinta se llevó muchos aplausos y el premio especial del jurado de la sección Una Cierta Mirada. El director, que se dio a conocer con «La boda de Rana» y ha comenzado a rodar por encargo en la meca del cine, podría dar la sorpresa la noche de los Oscar si Hollywood, tradicionalmente sensible con la problemática judía, diese su reconocimiento a esta película sobre la venganza, protagonizada por Adam Bakri. Igual que se rompieron tabúes hace dos años con el galardón a la iraní «Nader y Simin, una separación», de Asghar Farhadi, ahora Assad podría hacer historia con la candidatura de un país que nominalmente no existe.
«L’IMAGE MANQUANTE»: De Camboya llega una de las propuestas más singulares que se recuerda de los últimos años: una película que mezcla imágenes de archivo con muñecos de barro para narrar el horror de los Jemeres Rojos (1975-1979), que costó la vida a 1,7 millones de camboyanos. El director Rithy Panh, que se impuso a Hany Abu Assad al llevarse el premio de la sección Una Cierta Mirada en Cannes, revive de forma poética unos acontecimientos traumáticos para él, pues los marxistas radicales mataron a toda su familia. Panh, de 49 años, conforma así una película que en ocasiones parece un documental y, en otras, una autobiografía. De alzarse con el premio, sería la primera vez que la estatuilla dorada cruza el Pacífico hasta Camboya.
Por María Luz Climent Mascarell