A Coruña, 23 feb (EFE).- Con tres estrellas Michelin -dos en ABaC y una en L’Angle, ambos en Barcelona- Jordi Cruz ha reventado hoy literalmente el auditorio del Fórum Gastronómico de Coruña, donde presentaba su aclamada cocina, gracias a su tirón televisivo como jurado de MasterChef.
Con el público, mayoritariamente seguidor del programa, agolpado a la entrada y ocupando cualquier espacio disponible, el joven cocinero catalán no solo ha mostrado la creatividad y la innovación que caracterizan su cocina, lo que le ha valido consideraciones como la de Chef del Futuro 2013, sino también que su pase por televisión le ha dado soltura para meterse a la audiencia en el bolsillo.
«Nuestra cocina está siempre en evolución», ha dicho Cruz, que ha presentado sus últimos trabajos con pieles de pescado -cocinadas al vacío a 85 grados durante tres horas- ejemplificados en unos ñoquis de brandada de bacalao con guisantes del Maresme, piel, tripas y jugo del pescado, cebollitas y trufa.
Ha renovado los tradicionales calçots de su tierra convirtiendo la salsa romesco en un helado y sirviéndolo sobre un pan láctico bajo una campaña con humo de madera de haya. «Es un plato que recuerda a la tradicional comida en el campo; es divertido, no busca sorprender, sino recordar y transmitir esos recuerdos con gracia», ha explicado.
Su gusto por «triangular los sabores» para que el plato «gane en complejidad» le ha llevado a crear una crema de foie, polvo de tortilla de maíz y quicos, helado de mole, hojas de falsa pimienta y pimienta japonesa, que presenta sobre un plato de mármol a modo de fragmento de un desierto mexicano.
De Japón trae productos que le están «fascinando» y que incorpora a otra de sus nuevas líneas de trabajo con masas. La ha explicado con su brioche frito y anguila con su caldo reducido, all i oli, ceniza de carbón y sake y granos de mostaza japonesa. «Con tres componentes centrales damos la vuelta al mundo», ha apuntado Cruz, quien ha destacado la importancia de recuperar este formato tapa.
Con naturalidad ha sabido compensar problemas como que el aceite no alcanzara la temperatura para freír: «Es la cocina de la señorita Pepis», ha dicho quien ha arrancado risas al público varias veces.
«Nos gustan platos con mucho sabor, con mucha personalidad, mucho respeto al producto principal», ha explicado Jordi Cruz, quien ha añadido que la creatividad que impulsa cada plato se resume en «echarle muchas horas a la cocina».
Aunque, lamentablemente, no haya sido ese trabajo lo que le ha llevado a firmar autógrafos y hacerse fotografías con decenas de asistentes y admiradores de su faceta televisiva, los cuales abarrotaron una sala con un aforo de 400 personas que se sobrepasó ampliamente.