El embajador de España en Italia responde a Mas en «Il Corriere della Sera»

5955001wRoma, 18 feb (EFE).- El embajador de España en Italia, Francisco Javier Elorza, asegura que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, dio «algún dato falso sobre lo que aporta y recibe esta Comunidad Autónoma del resto de España», en una carta que publica hoy el rotativo «Il Corriere della Sera».

Mas fue entrevistado ayer por Luigi Ippolito en un reportaje sobre Cataluña titulado «No por dinero, sino por dignidad», que incluye una entrevista al presidente de la Generalitat en el mismo periódico.

«Nosotros -dijo Mas- cada año trasferimos a España el 8 % del PIB. Queremos ayudar a otras regiones, no les negamos nuestra ayuda, pero el 8 % es demasiado».

Según Elorza, los datos de balanza fiscal pueden variar del 8 % del PIB que maneja Artur Mas en la entrevista a una balanza incluso positiva del 2,1 %.

«Los impuestos no los pagan los territorios sino las personas que transfieren una parte de sus rentas a las que tienen menos», agrega el embajador.

Artur Mas aseguró que no solo pesan motivos económicos para pedir la independencia de Cataluña del resto de España.

«Para nosotros cuentan los motivos de identidad, cultura, lenguaje, autogobierno. Queremos poder organizar nuestra educación, nuestra sanidad, nuestros servicios. Los catalanes siempre han defendido la idea de autogobierno, desde hace 300 años».

Una afirmación a la que el embajador responde que «Cataluña es una de las regiones y nacionalidades de España, que junto a otras (…) forman la rica pluralidad de España, la nación más antigua de Europa; una nación que vio la luz ya como país moderno con la unión de los reinos de Aragón y Castilla, y no, por cierto, del reino de Cataluña que nunca existió como tal».

Me parece importante -continúa Elorza- «aclarar que la identidad de los españoles (compuesta por esta pluralidad) no es una cuestión privativa del ‘Estado’ ni de ‘Madrid’ sino del pueblo español en el que indisolublemente se funde el pueblo catalán».

Una identidad colectiva que se expresó y decidió democráticamente en la Constitución de 1978, con un 87,87 % de votos a favor en España y un 90,46 % de votos a favor en Cataluña, subraya.

Para el embajador de España en Italia, los nacionalistas catalanes tergiversan el alcance de una guerra dinástica e internacional, la guerra de Sucesión 1701-1715, provocada por la muerte sin hijos del último rey de la Casa de Austria, Carlos II, en una supuesta guerra de España contra Cataluña.

En esta guerra -subraya el embajador- «los barceloneses lucharon exhortados por las autoridades catalanas a ‘derramar gloriosamente su sangre y su vida por su Rey, por su honor, por la Patria y por la libertad de toda España’, según rezaba el bando difundido por los Tres Comunes en Barcelona el 11 de septiembre de 1714».

Ahora -agrega Elorza en «Il Corriere della Sera»-, en base a esta interpretación de la historia, «tratan de privar al conjunto de los ciudadanos de la democracia española del derecho a decidir, saltándose el Estado de Derecho y la legalidad democrática de 1978, que nos ampara a todos, e intentan organizar una consulta al margen de la legalidad democrática para la que ya han decidido unilateralmente tanto las preguntas como la fecha».

En cuanto al referendo, el embajador contesta que el propio acto de celebrarlo (…) sería además de una vulneración de la Constitución democrática un reconocimiento de hecho de lo que hoy se pretende imponer por la fuerza, es decir, del supuesto derecho de una parte del cuerpo democrático a decidir por todos los ciudadanos españoles.

«En la pregunta estaría ya la respuesta. Es algo que se quiere hacer además violentando la legalidad democrática, mediante manifestaciones, sondeos que se conviertan en hechos consumados o mediante elecciones autonómicas desnaturalizadas (…)», mantiene Elorza.

Mientras en Escocia los nacionalistas han llegado a un acuerdo con el Gobierno central para realizar una consulta amparada por la legalidad democrática del Reino Unido, lo que buscan los nacionalistas catalanes no es una reforma democrática de la Constitución (…) sino convertir el resultado de unos sondeos o unas elecciones desnaturalizadas e impuestas «en un acto unilateral de secesión contraria a la historia española y europea», concluye.