Consejos para compartir el WLAN con otros internautas

Bandbreite für alle: Das WLAN mit anderen Surfern teilenPor Clemens Schöll (dpa) – Si usted quiere compartir con otras personas su red de área local inalámbrica (WLAN), tiene teóricamente muchas posibilidades de hacerlo. Puede escribir en el router la contraseña de la familia o de las personas que viven en el piso compartido, trasladarla a los vecinos en casas de alquiler más grandes o directamente no encriptar su red inalámbrica.

Sin embargo, hay una cosa que no se puede hacer a pesar de todas estas posibilidades: comprobar quién está usando el propio WLAN en algún momento. «Una identificación es técnicamente imposible y, además, sería ilegal porque violaría la confidencialidad de las comunicaciones», dice Jürgen Neumann, miembro de una asociación alemana que pugna por la creación de redes inalámbricas abiertas.

Por ello, no es una buena idea no encriptar el acceso al WLAN. Lo que pasa es que, aun cuando no se  pueda identificar a los que comparten el uso de la red, el dueño es responsable de los actos de aquéllos. En Alemania existe el concepto jurídico de «responsabilidad por interferencia»: quien comparte el WLAN con otras personas es responsable si estas lo usan para descargas ilegales. Este principio incluso se aplica si el usuario principal les facilita el trabajo a los hackers eligiendo como contraseña sólo el propio nombre o la secuencia «12345», por ejemplo, advierte la abogada Astrid Auer-Reinsdorff.

La consecuencia generalmente consiste en una advertencia: «Como dueño de la conexión tengo la obligación de demostrar que yo no fui el infractor, porque estaba de vacaciones, por ejemplo, y que el WLAN está suficientemente asegurado», explica la jurista.

Quien forma parte de un grupo que vive en comunidad puede compartir su contraseña con otros habitantes, dice la abogada. «En caso de que no existan incidentes anteriores de este tipo, el dueño de la red no tiene la obligación de vigilar a sus compañeros de piso, por lo que no tiene que instruirlos sobre los derechos de la propiedad intelectual», aclara Auer-Reinsdorff. «No obstante, el dueño corre el riesgo de que le responsabilicen de los actos de los otros».

El caso sólo es diferente cuando se trata de parejas de hecho o de hijos mayores de edad, según un fallo reciente del Tribunal Federal Supremo de Alemania: el dueño de la conexión sólo es responsable de las descargas ilegales hechas por otras personas si ha ignorado señales inequívocas de lo que estaba pasando.

Sin embargo, el miedo a la responsabilidad por interferencia no es motivo para no compartir la red, opina Jürgen Neumann. Hay dos vías para eludir esa responsabilidad, explica el defensor de las redes abiertas: «Se puede desviar el tráfico de datos al extranjero, donde no existe el principio de responsabilidad por interferencia, o uno mismo se convierte en proveedor de Internet». El denominado privilegio del proveedor exime en gran parte a los proveedores de servicios de telecomunicaciones de la responsabilidad por interferencia.

En Alemania existe desde hace años una asociación cuyos miembros establecen e interconectan redes WLAN abiertas. Concretamente, el nuevo miembro del grupo compra un segundo router, preferiblemente un modelo que no cueste más de 20 euros (27 dólares) y cuyo firmware sea más fácil de sustituir. Depende de cada quien si el WLAN del propio dueño se ralentiza en consecuencia, porque «siempre se puede limitar el ancho de banda», explica Neumann.

También algunos grandes proveedores han descubierto el negocio del acceso compartido a Internet: «WLAN to go» es el lema de la oferta que presenta la empresa alemana Telekom en cooperación con la española Fon. El principio es sencillo: el cliente del proveedor puede compartir su acceso WLAN y a cambio puede usar fuera de casa los accesos de todos los demás miembros, por ejemplo con el smartphone. Según las empresas, la conexión no se ralentiza, porque los proveedores o bien ponen a disposición del usuario un ancho de banda adicional o dan prioridad a los datos del propietario de la red.