Melbourne, 18 ene (dpa) – Casi nadie lo hace bien, pero en el muy anglosajón mundo del tenis ya advirtieron que «Garbiñe» es un nombre que van a tener que aprender a pronunciar.
«Hoy vino una chica de la WTA (Asociación del Tenis Femenino) a decirme que va a intentar aprenderlo», reveló con una amplia sonrisa Garbiñe Muguruza, la nueva estrella del tenis español. Y del venezolano, porque la jugadora de 20 años aún mantiene abierto por qué país se inclinará finalmente.
«Tengo sangre a la par, tengo las dos cosas», dijo Muguruza, de 20 años y 38 del ranking mundial, tras imponerse a la danesa Caroline Wozniacki por 4-6, 7-5 y 6-3 y ubicarse en octavos de final del Abierto de Australia.
Con su triunfo ante la ex número uno del mundo, Muguruza está ya entre las 16 mejores del torneo. La australiana Rennae Stubbs, una de las grandes doblistas de las últimas décadas, es ahora, ya retirada, comentarista del Channel 7 local, y fue la encargada de entrevistar en pleno estadio central a Muguruza cuando las pulsaciones aún estaban a cien en la joven jugadora.
«Garbín», fue lo primero que dijo Stubbs, genuinamente emocionada con el juego de la hispano-venezolana. Garbiñe rió. «No la iba a corregir, por supuesto».
No era por intimidación, sino por educación. Si algo le está sobrando a Muguruza, eso es audacia. Un año atrás a su paso por el Rod Laver Arena fue vapuleada por la estadounidense Serena Williams, número uno del mundo. Hoy volvió a ese mismo estadio y se dio el gusto de ser ella la ganadora ante una jugadora que conoció la cima.
«A mí me encanta jugar en las pistas centrales, te sientes libre, juegas sin responsabilidad», admitió la jugadora, dueña de un tenis potente y de presión.
Tanto fue así, que en el final del partido los papeles estaban invertidos: Muguruza, la aspirante inexperta, contolaba las acciones; Wozniacki, la experimentada favorita, se hundía en nervios.
«La clave hoy fue ser fuerte mentalmente. En un momento pensé que se me escapaba. No esperaba para nada estar en la segunda semana de un Grand Slam. Es un poco shock», reconoció Muguruza.
Campeona hace una semana en Hobart -su primer título en el circuito de la WTA-, Muguruza sumó hoy su undécimo triunfo consecutivo: tres en la clasificación del torneo en Hobart, cinco en el cuadro principal y tres en el Abierto de Australia.
«No me siento invencible», insistió entre risas cuando se le mencionó la palabra.
Observada por la ex jugadora Conchita Martínez, capitana del equipo español de Copa Fed -«es increíble tenerla acá, porque fue una gran jugadora y aprendo mucho de ella»-, Muguruza sabe que las dificultades serán mayores de cara al partido de octavos el lunes ante la polaca Agnieszka Radwanska, número cinco del mundo y vencedora hoy de la rusa Anastasia Pavlyuchenkova por 5-7, 6-2 y 6-2.
«Ella es también una gran jugadora. Tiene más talento e improvisa más que Wozniacki, pero creo que voy a hacer lo mismo de hoy: ser agresiva y dar todo».
Si también bajara del pedestal a Radwanska, la pronunciación correcta de «Garbiñe» podría ganar adeptos. O incluso quizás alguien quiera inquirir en el significado de ese nombre vasco. Aunque una risueña Muguruza admitió que prefiere que a nadie se le pase eso por la cabeza.
«¿Qué significa? Bueno, en español sería Inmaculada… ¡Pero que no salga de aquí!».
Por Sebastián Fest