Melbourne (Australia), 18 ene (EFE).- El suizo Roger Federer firmó su presencia en la segunda semana del Abierto de Australia al derrotar en una hora y 41 minutos al ruso Teymuraz Gabashvili, por 6-2, 6-2 y 6-3, para colocarse en los octavos de final.
Jugando un tenis brillante, y casi sin sudar la camiseta, Federer liquidó el encuentro como si fuera un trámite haciendo las delicias de su nuevo entrenador, el sueco Stefan Edberg, y comparando después su actual juego con el que exhibió en 2009 cuando ganó dos grandes, en París y Londres, además de disputar las finales de Melbourne y Nueva York.
«Definitivamente, es una época emocionante. La última vez que ella (su esposa Mirka) estaba embarazada, jugué muy bien y gané Roland Garros y Wimbledon», dijo el exnúmero uno del mundo al referirse a su momento dulce de juego, y al embarazo de su mujer, que espera el tercero de sus hijos.
La pareja anunció a finales del pasado año que serían padres de nuevo y que Myla Rose y Charlene Riva, sus dos hijas, tendrían un hermano en este curso.
Federer, que se enfrentará por un puesto en los cuartos de final contra el ganador del encuentro entre los franceses Jo-Wilfried Tsonga y Gilles Simon, recordó que está sacando provecho a su nueva raqueta, de mayor tamaño, que refuerza su pegada. «Sigue siendo una raqueta de tenis», dijo, «pero el tenis ha cambiado mucho en los últimos años y con esta he potenciado mi servicio, y creo que ha sido una buena idea».
«Siempre que entro en un torneo mi objetivo es alcanzar la segunda semana», dijo Roger sobre la pista, mientras que Edberg asentía desde la grada, satisfecho con el trabajo de su pupilo.
«Cuando él me dijo que sí me sentí feliz», matizó el suizo al recordar como se sintió cuando Stefan se decidió a ser su entrenador. Luego rememoró los tiempos en los que él fue recogepelotas en el torneo de Basilea, su ciudad natal, donde actuó en partidos del surafricano Wayne Ferreira y del alemán Michael Stich, aunque no recordaba bien si lo había hecho en alguno de Edberg.
«Creo que sí, pero no estoy muy seguro», dijo ante las risas del público.