Melbourne, 17 ene (dpa) – Luchar le gusta como pocas cosas a Tommy Robredo, un veterano del tenis que fue, se fue y volvió a ser.
A sus 31 años está por quinta vez en los octavos de final del Abierto de Australia tras derrotar hoy al francés Richard Gasquet por 2-6, 7-5, 6-4 y 7-6 (8-6).
Robredo ofreció lo que Gasquet, un prodigio raqueta en mano, no siempre tiene: capacidad de sufrimiento y convicción. Ganas -muchas- de luchar.
«Lo maté con mi derecha hoy», sintetizó Robredo en una frase que no deja de ser curiosa: una característica histórica de su tenis es la falta de un golpe definitorio, con «punch», pero el español llega a la recta final de su carrera convencido de que puede «matar» a derechazos a los rivales.
En diferentes niveles y con personalidades muy opuestas, Robredo es como Rafael Nadal: comienza y termina ganando desde su mentalidad. Lo hizo en la primera ronda ante el checo Lukas Rosol, cuando salvó un match point -marca registrada suya- para iniciar el camino que lo tiene ya entre los 16 mejores del torneo.
«Vamos a luchar», dijo hoy de cara al duelo del lunes ante el suizo Stanislas Wawrinka, dueño de un revés incluso más fabuloso que el ya de por sí alucinante que exhibe Gasquet.
«Vamos a luchar, porque ya que estamos cuesta lo mismo darlo todo que no darlo», explicó Robredo con su característico gesto circunspecto.
Lo que no significa que no sea «pillo». Cuando el entrevistador de la televisión australiano hizo un rodeo para preguntarle por la presencia de la suiza Martina Hingis en la tribuna, a Robredo le brillaron los ojos con un chispazo de maldad: «¿Por qué no lo preguntas directamente?».
«Martina forma parte de nuestro grupo de entrenamiento», diría después. «Están también Félix Mantilla y Karim Alami, lo que hace que pasemos muchas horas dentro de la cancha y también fuera», explicó sobre la suiza.
«Al final hay que rodearse de gente buena, tenemos un gran equipo», añadió antes de sintetizar: «Es una buena amiga mía».
Número cinco del mundo en el pico de su carrera en 2006, Robredo estuvo un año y medio prácticamente sin jugar debido a una lesión en la pierna y cayó al puesto 471 del ranking en mayo de 2012. Volvió ganando dos torneos en 2013 y hoy ya es el número 18 del mundo. Con tendencia a seguir subiendo.
«Esa lesión tiene ya dos años y la tengo más que olvidada, ya no me duele más. En la vida hay que mirar el hoy, disfrutar el momento. Estoy en una etapa en la que estoy más maduro, sí, quizás disfruto un poco más las cosas que antes».
Lo hace, y disfruta de bromear combinando la ironía y el gesto serio para desconcertar al interlocutor.
«Ahora tengo una cena, voy a llegar tarde. Como siempre, juego más de tres horas», le dijo a bocajarro a su entrevistador para la televisión australiana.
«Pero al final es maravilloso luchar». Un Robredo en estado puro.
Por Sebastián Fest