Amán, 10 ene (dpa) – La intensificación de los combates entre los rebeldes islamistas en Siria estaría generando una división entre los yihadistas de la región, según coinciden analistas y líderes islamistas.
Cuando a fines de diciembre se registraron los primeros enfrentamientos entre el Estado Islámico en Irak y Siria (ISIS), un grupo cercano a Al Qaeda, y una coalición de rivales seculares e islamistas, los líderes yihadistas desestimaron la gravedad de la situación y la consideraron simplemente una lucha por territorio.
Pero después de que el Frente al Nusra, un influyente grupo vinculado a Al Qaeda, saliera en defensa de la coalición rebelde y se levantara en armas contra el ISIS esta semana, los choques fueron vistos como una guerra por el futuro del movimiento yihadista.
«En muchas zonas en conflicto de la región se ha vuelto común que las facciones islamistas luchen entre ellas por la supremacía, incluso contra Al Qaeda», dijo Mohamed Abu Rumman, un experto en movimientos islámicos de la Universidad del Centro Jordano de Estudios Estratégicos.
«Por primera vez vemos a Al Qaeda combatiendo a Al Qaeda. Esto es algo que dividirá a todo el movimiento yihadista», aseguró a dpa.
La disputa se remonta a abril de 2013, cuando la rama iraquí de Al Qaeda, liderada por Abu Mohamed al Baghdadi, se separó de su socio en Siria, el Frente al Nusra, encabezado por Abu Mohamed al Jolani, y estableció al ISIS en Siria.
Detrás de la división estaba el deseo de utilizar Siria como nueva base para operaciones regionales más amplias y de llevar adelante una guerra contra el gobierno chiita en Irán y su aliado Hizbollah, la milicia libanesa que envió combatientes a Siria para apoyar a las fuerzas del presidente Bashar al Assad.
La estrategia, según los analistas, no coincidía con la agenda del Frente al Nusra, limitada a derrocar a Al Assad.
Desde entonces, el ISIS utilizó su posición para perpetrar ataques de alto perfil y secuestros contra grupos chiitas, entre ellos se presume que estuvo el registrado este mes en el sur de Beirut, un bastión de Hizbollah.
«Al Nusra siempre se conformó con ceñirse al conflicto sirio, recurrir a otros grupos rebeldes e incluso participar en política desde la oposición, todas cosas que el ISIS considera están por fuera del mandato de la yihad», indicó Hassan Haniyeh, un analista jordano.
«La estrategia de Al Nusra ha sido pragmática e inclusiva, mientras que el ISIS ha sido más autoritario. Ahora vemos cómo estas dos ideologías entran en conflicto», añadió.
Las posturas opuestas y la violencia que presuntamente dejó más de 200 yihadistas muertos en la última semana despertó un amplio debate sobre la estrategia «inclusiva» o «exclusiva» yihadista.
Los expertos aseguran que una facción cada vez más grande de yihadistas ha adoptado una postura crítica con la estrategia unilateral del ISIS y acusa al grupo radical de auyentar a los residentes locales y a otros yihadistas al establecer cortes sharia (ley islámica) en las zonas capturadas.
Además critican que el ISIS se niegue a intercambiar prisioneros y dialogar con los grupos rebeldes y cuestionan las ejecuciones sumarias de los líderes rebeldes que actuaron contra sus políticas.
«El ISIS continúa insistiendo en operar como un estado separado e imponer su ley por sobre otros grupos, ya sea en Irak, Siria o cualquier otro lado», consideró Aaron Lund, un observador de movimientos islamistas que reside en Suecia.
«Ahora que el Estado Islámico enfrenta una guerra de tres frentes y pierde territorio, muchos a lo largo de la región comienzan a cuestionar su estrategia».
Por su parte, los detractores del Frente al Nusra lo acusan de involucrarse en política y de renunciar a su misión de reforzar la ley sharia con tal de mantener la paz con los grupos rebeldes seculares.
Pero las luchas internas en Siria generaron efectos de más largo alcance, según líderes yihadistas.
La cantidad de combatientes extranjeros que se unieron a las milicias islamistas en Siria se redujo de unos 300 por semana a varias decenas el mes pasado, además de que hubo un congelamiento de los fondos y los suministros de armas a los rebeldes por parte de los países del Golfo.
«Todos a lo largo del mundo musulmán están impacientes por defender a sus hermanos y hermanas en Siria y establecer un Estado islámico», dijo Abu Mohamed al Homsawi, un comandante del Al Nusra cerca de la ciudad de Alepo, en el norte de Siria.
«Pero nadie quiere que sus armas se dirijan contra otros colegas muyaidines (guerreros santos)».
En un mensaje de audio publicado esta semana, el jefe de Al Nusra Jolani convocó a un cese del fuego inmediato y a volver a abrazar la «prioridad mayor» de derrocar a Al Assad.
De todas formas, los analistas esperan que la división ideológica se agrande en la medida en que crezca la cifra de muertos. «Este es un conflicto que sólo el régimen sirio puede ganar», dijo Haniyeh.
Por Taylor Luck