Brasilia, 10 ene (dpa) – La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró hoy que está atenta a los sucesos de violencia en el penal de Pedrinhas, en el norteño estado de Maranhao, donde desde el año pasado 62 presos murieron asesinados en el marco de una guerra entre facciones rivales que se escapó al control de las autoridades locales.
«He seguido con atención la cuestión de la seguridad en Maranhao», escribió la mandataria en su cuenta en Twitter (@dilmabr), en su primera manifestación pública sobre el tema.
Rousseff se abstuvo, sin embargo, de criticar a la gobernadora de Maranhao, Roseana Sarney, cuyo padre, el senador centrista y ex presidente José Sarney, es uno de los exponentes del principal socio de la coalición gubernamental, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
La presidenta respondió indirectamente a las críticas de la prensa al silencio de su gobierno ante la barbárie en el sistema carcelario del estado, al recordar que en diciembre pasado envió a Maranhao efectivos de la Fuerza Nacional de Seguridad y que su gobierno ofreció trasladar a penales federales a los presos más peligrosos de Pedrinhas.
Además, destacó que, en una reunión realizada este jueves en Brasilia, el Ministerio de Justicia acordó con la gobernadora de Maranhao la creación de un comité gestor integrado para hacer frente a la crisis en el sistema carcelario del estado.