Los problemas de la empresa constructora SACYR en Panamá son una metáfora de cómo ha funcionado la obra pública y las grandes compañías de infraestructuras en España, afirmó hoy Gaspar Llamazares, quien alertó de que la salida de esta compañía de la ampliación del Canal puede tener consecuencias negativas para las empresas españolas en su internacionalización. En este sentido, el diputado recordó que el accidente del AVE en Galicia fue un varapalo para la industria nacional en sus posibilidades de acometer la construcción de la alta velocidad en Brasil.
“Se han acostumbrado (las empresas), mal, a optar obras de manera, a veces poco seria, porque tenían la garantía de reformados que modificaban sustancialmente la inversión. Creo que han intentado hacer lo mismo en América latina y creo que no es una buena fórmula y que no tiene nada que ver con la responsabilidad social corporativa, nada que ver con la transparencia y nada que ver con la lucha contra la corrupción”, afirmó.
Llamazares aseguró que ese modo de operar no es un buen mensaje de cara a generar una imagen de seriedad y responsabilidad. “Se hablaba de que nuestras empresas de infraestructuras eran un ejemplo por su trabajo en España pero este tipo de prácticas no son precisamente un ejemplo y tendrán consecuencias: no realizar una obra tan significativa como es el canal o pretender tener un reformado en esa obra va a tener repercusiones a nivel internacional”.
Desde la perspectiva interna, como país, pone de manifiesto, a juicio del parlamentario, lo que se ha hecho mal y lo que, añadió, “no se debería volver a hacer. Lo que ha sido más que responsabilidad social corporativa es una cierta irresponsabilidad social corporativa”