Madrid, 18 dic (EFE).- La compañía «Ron LaLá» estrena mañana en el madrileño Teatro Pavón su visión contemporánea de «El Quijote», en la que tratan «con respeto, pero no con reverencia» a su creador, Miguel de Cervantes, en una versión humorística y «muy libre» de su obra cumbre.
En colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, «Ron LaLá» ha buscado en «En un lugar del Quijote» la síntesis de una de las obras más destacadas de la literatura española y universal tratando de captar su «magia literaria» y de reproducir, no demasiado fielmente, las correrías de Don Quijote, encarnado por el actor Íñigo Echevarría.
Miguel de Cervantes estará representado sobre el escenario con una doble función: en su faceta de autor, en la que se presentan saltos de tiempos y espacios entre escenas, y también en su periplo vital, asomándose a sus recuerdos, sus crisis de identidad y las dificultades por las que atravesó.
Para Yayo Cáceres, director de la compañía de humor, teatro y música, «El Quijote» resulta totalmente «inabarcable» para ser representado en teatro, motivo por el cual la aventura en la que se embarcan mañana es una «pelea perdida» de antemano en la que la compañía se atreve a luchar «contra molinos».
«Es un montaje con un alto nivel de juego en el que se apela a la imaginación del espectador», según Cáceres, quien ha destacado la ardua labor de reducción del libreto inicial con el deseo de alumbrar un formato «comprimido y ágil mejor que algo muy extenso y totalmente inabarcable».
En el deseo de todo el elenco de actores está «que el público salga con ganas de leerse, o releerse, El Quijote» tras ver este «poema teatral», según el director la compañía.
Este espectáculo, que se prolongará hasta el 5 de enero para luego girar por toda España, está dirigido a un público familiar, a partir de seis años, y en el mismo se ofrece una manera moderna y distinta, «muy musical», de mirar la obra más emblemática de Miguel de Cervantes, con ingeniosos diálogos cervantinos aderezados con canciones y música «siempre en riguroso directo».
Guitarras españolas, instrumentos de percusión y otros como la kalimba africana se mezclan sobre el escenario con timbres y texturas modernas como sintetizadores o pads electrónicos de percusión para crear las texturas musicales de este moderno Quijote.
La escena se desarrolla en una gran biblioteca imaginaria, en la que el hidalgo Alonso Quijano recrea sus hazañas como caballero andante mientras Miguel de Cervantes escribe su obra maestra, en un formato con el que «Ron LaLa» apela a la magia del teatro con una mezcla de reflexión y humor.
Álvaro Tato, director literario de «En un lugar del Quijote», ha destacado el «privilegio» de poder seleccionar los capítulos de la obra inmortal del dramaturgo alcalaíno, y ha señalado que el resultado de esta «paranoia» finalmente «suena cervantino», en un espectáculo en el que «las espadas y los caballos solo están en la imaginación».
La selección de episodios obedece a criterios de teatralidad, pero también al intento de la compañía de plasmar en escena todos los aspectos de la novela, desde lo épico a lo paródico, lo mágico e incluso lo escatológico.
La propuesta ronralera pretende con este «Quijote libre» servir «vino añejo en odres nuevos» y propone, según Ignacio Echevarría, «jugar al juego de espejos» que plantea Cervantes, en el que «está prohibido aburrirse».
«Ron LaLá» siempre ha mantenido una estrecha vinculación con el teatro clásico, como en su anterior trabajo «Siglo de Oro, siglo de ahora» (Folía), nominado a dos Premios Max de las Artes Escénicas, y todos sus componentes han participado a lo largo de sus carreras en diversos montajes de teatro clásico.
Juan Cañas, Iñigo Echevarría, Miguel Magdalena, Daniel Rovalher y Álvaro Tato son sus integrantes, dirigidos por Yayo Cáceres, quienes interpretan en este peculiar Quijote un total de veinte personajes, algunos de ellos femeninos.
Helena Pimenta, directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, ha señalado que esta versión de «Ron LaLá» de un gran clásico es «un regalo para los que amamos el teatro clásico pero también la forma de hacer actual; supone otra manera de entender el teatro».