Más de 50 manifestaciones en España para «salvar lo público»

5748285wMadrid, 23 nov (dpa) – Las «mareas» ciudadanas volvieron hoy a las calles españolas y congregaron a decenas de miles de personas que se manifestaron contra las medidas económicas y sociales del gobierno de Mariano Rajoy.

«Por los servicios públicos», «No nos callarán» o simplemente «Basta» son algunos de los lemas «sembrados» en los parterres situados en el centro de Madrid, frente a la estatua de la diosa Cibeles. Colocados entre las flores por cientos de ciudadanos, pretenden reivindicar «lo público» en España y alzar su indignación por los recortes del Ejecutivo.

«Si no hay educación de calidad para todos, ¿cómo van a poder prepararse mis nietas para el futuro?», dice a dpa Miguela, una anciana que participa, con toda su familia, en una de las 55 manifestaciones convocadas en todo el país.

«¿Cómo vemos el futuro? Negro y terrible», exclama un grupo de estudiantes madrileños. «Estudiar nos va a salir caro, y si esto sigue así nos tendremos que ir fuera de España para poder tener un trabajo», matiza Javier, uno de ellos, en referencia al recorte de las becas y al incremento de las tasas universitarias aprobados por el gobierno.

Tras dos años de reformas económicas, recortes y privatizaciones de los servicios públicos, y en el marco de una crisis que se prolonga desde 2008, decenas de miles de personas salen a la calle en medio centenar de ciudades españolas, convocados por la llamada Cumbre Social, una plataforma que aglutina a 150 organizaciones.

El mensaje positivo que desde septiembre enarbola el gobierno español -«la luz se ve al final del túnel», dijo hace unos días Rajoy- no cala entre unos manifestantes enfadados y decepcionados que advierten de la destrucción del «Estado de bienestar» en España.

Entre ellos, trabajadores de servicios públicos como la educación o la sanidad, estudiantes, jubilados y afectados por problemas laborales, despidos o recortes salariales. Y de fondo, protestas y gritos: «nuestra democracia es una falacia» o «reforma laboral, violencia legal».

«La sanidad pública española está en declive: no se atiende a los inmigrantes, hay gente que no puede pagarse ni una pastilla para la tensión, todo esto es de vergüenza nacional», critica una enfermera de un hospital público de Madrid.

Encabezando una de las dos manifestaciones convocadas en la capital de España, los trabajadores de la limpieza viaria, quienes recientemente protagonizaron una huelga de 13 días que evitó más de un millar de despidos en el colectivo.

«Son un ejemplo para todos y demostraron que las protestas son necesarias», afirma con orgullo, cerca de ellos, un manifestante que está desempleado, como casi seis millones de personas en España.

Muy presentes también en las marchas las últimas medidas anunciadas por Rajoy: una polémica ley de seguridad ciudadana que, entre otras cosas, penaliza con hasta 600.000 euros las protestas junto al Parlamento, y la posible regulación del derecho a huelga.

«Estamos retrocediendo a los años 40», dice un matrimonio de jubilados, en referencia a la represión ejercida durante la posguerra española por el dictador Francisco Franco (1939-1975).

«Ya no solo nos recortan los servicios y los sueldos, sino el derecho a expresarnos, casi el derecho a existir», lamenta Adriana, una profesora que luce una camiseta en defensa de la educación pública.

La organización ecologista Greenpeace cuelga en la fachada de uno de los edificios más emblemáticos de la plaza de España de Madrid una gran pancarta contra «la ley antiprotesta», en el seno de la marcha convocada por el movimiento 15-M, que surgió en la capital de España en mayo de 2011, convirtiéndose en germen de otros muchos movimientos ciudadanos.

Las protestas y las manifestaciones han sido una constante durante el mandato de Rajoy, que ganó las elecciones generales en noviembre de 2011 al frente del conservador Partido Popular (PP).

Al descontento por los recortes y las medidas económicas, encabezadas por una reforma laboral que abarató el despido, se suma también el malestar de los ciudadanos por el rescate a los bancos, que siguen desahuciando a cientos de familias que no pueden pagar sus hipotecas, y por los casos de corrupción en el seno de partidos políticos e instituciones.

«Están robando todos (los políticos) y ninguno va a la cárcel», expresa una mujer mientras sostiene una pancarta con una fotografía de Rajoy y una frase: «Se busca timador en serie».

Aunque los colectivos ciudadanos son los protagonistas de las manifestaciones, también participan en ellas los dos sindicatos mayoritarios en España, UGT y Comisiones Obreras, y algunos partidos de la izquierda, que mostraron su preocupación por la última recomendación de Europa para que el gobierno español vuelva a las reformas, especialmente, en el terreno laboral.

Por Ana Lázaro Verde