Vitoria, 15 nov (EFE).- El Laboral Kutxa ha alcanzado el ecuador de la fase regular de la Euroliga con un balance de dos triunfos y tres derrotas en cinco partidos, lo que complica su camino para alcanzar el Top 16.
Los vitorianos únicamente han ganado al Maccabi de Tel Aviv en el Buesa Arena y al Lietuvos Rytas a domicilio, por lo que deberán apretar las tuercas en los cinco partidos de la segunda vuelta para lograr un sitio entre los dieciséis mejores equipos de Europa.
Esta primera vuelta ha dejado claro a los baskonistas que deben pelear por la tercera o cuarta plaza del grupo D y olvidarse de aspirar a puestos más altos a la vista del nivel ofrecido por el Laboral Kutxa y por sus contrincantes.
El calendario que espera a los vitorianos es complicado porque la semana próxima deben viajar a la pista del Maccabi Tel Aviv y medirse a un equipo hebreo que hace de su pabellón un fortín inexpugnable.
Llegará después la visita al Buesa Arena del Panathinaikos en un duelo vital para acceder al Top 16. Los griegos son, a día de hoy, el rival de nivel más parejo y el Laboral Kutxa tendrá que esforzarse para doblegarlo. En todo caso parece complicado que puedan recuperar el ‘basket average’ de 21 puntos en contra del partido de ida.
En el final de la segunda vuelta habrá tres duelos exigentes en los que el Laboral Kutxa recibirá a Lietuvos Rytas en Vitoria. Llegará después el desplazamiento al temible Pionir de Belgrado para jugar ante el Estrella Roja, que ya ganó en el Buesa por diez puntos.
La jornada final, en el Buesa Arena, será un partido ante el Lokomotiv Kuban que se antoja determinante para lograr el objetivo de colarse en el Top 16 de la Euroliga.
