Por Thomas Schörner (dpa) – Los smartphones y las tabletas son algo maravilloso… siempre y cuando no se les acabe la batería. «Los teléfonos modernos, con sus grandes pantallas y rápidos procesadores gastan mucha más energía que los celulares clásicos», señala Michael Wolf, de la asociación alemana de ayuda al consumidor Stiftung Warentest. Por eso, tiene sentido ponerlos «a dieta» para que sigan funcionando al final del día.
La luminosidad de la pantalla es lo que más batería gasta. «Por eso se recomienda bajar el brillo y colocar un intervalo lo más breve posible para el apagado automático», recomienda Björn Brodersen, del portal especializado Areamobile.de. También es bueno establecer que sea el aparato el que regule la luz dependiendo de la claridad exterior.
Pero también gastan mucha batería el WLAN, bluetooth, GPS y las aplicaciones que siguen activas de fondo. El usuario debería desconectar estas funciones o las aplicaciones mientras no las está usando, señala Bettina Seute, del portal de telecomunicaciones Teltarif.de.
Todo eso se hace desde Ajustes o a través del administrador de tareas. Cuando haya muy mala señal, también podría ser útil cambiar del modo combinado UMTS o LTE al modo más lento GSM. Así se evita que el aparato esté todo el tiempo buscando una mejor conexión y gaste energía.
Las aplicaciones pueden consumir energía aunque no se usen, sólo por estar instaladas. «Sobre todo las apps gratuitas que se financian por publicidad gastan más batería de la necesaria porque transmiten el lugar donde se encuentra el smartphone o la tableta para mostrar publicidad relacionada con el sitio o porque dejan la conexión abierta mucho más tiempo por motivos publicitarios», explica Björn Brodersen.
Por eso, los usuarios que quieran ahorrar energía deberían desinstalar las aplicaciones que no necesiten y en cambio permitir la actualización del sistema operativo apenas esté disponible. «Las actualizaciones no solamente cierran agujeros de seguridad, sino que pueden mejorar la eficiencia energética de los smartphones».
Por la noche habría que apagar el teléfono o tableta o ponerlo en el modo avión si se lo quiere usar como despertador. Y también la vibración gasta energía: si no se necesita, mejor desactivarla.
Existen aplicaciones que sirven para cerrar los programas que no se usan, pero a veces causan errores o no hacen lo que prometen, señala la experta Seute. Por eso es importante informarse bien antes de instalarlas.
«Muchos fabricantes colocan funciones de ahorro de energía en la propia pantalla de los aparatos Android», comenta Björn Brodersen. Por ejemplo es posible establecer qué aplicaciones y servicios deben desactivarse si la batería llega a un determinado mínimo.
También las temperaturas influyen mucho en el consumo, sobre todo el frío, por lo que si se llevan aparatos con baterías de ion litio, como teléfonos o cámaras, lo mejor es tenerlos en invierno en un bolsillo o en el bolso o la mochila.
Quien sepa que no va a tener a mano un enchufe puede llevarse una batería de reserva, «pero eso vale solamente para los aparatos que permiten que el usuario las cambie, no como el iPhone, donde vienen fijas», señala Michael Wolf. Aunque también hay paquetes de baterías externas que permiten dar energía a casi todos los smartphones y tabletas.