(dpa) – Uno tiene 27 años, el otro 32. Uno comenzó a hablar de sus «últimos años» en el tenis, el otro parece no pensar en eso a pesar de la edad. Uno recuperó el trono del tenis, el otro está cerrando su peor temporada en una década. Son Rafa y Roger, Nadal y Federer, los protagonistas del clásico que siempre vuelve.
«Si no juego a mi mejor nivel, el lunes no estaré acá», dijo Nadal de cara a la semifinal del Masters de Londres mañana ante Federer, la trigésimo segunda edición de un duelo que lo vio 21 veces ganador.
Acierta Nadal cuando dice que necesita su mejor nivel, porque las cuatro veces que se midió con Federer en torneos bajo techo se fue derrotado. Todas se dieron en el Masters: dos en Shanghai y dos en Londres. El recuerdo de la última debería ofrecerle escasas esperanzas a Nadal, un 6-3 y 6-0 en la ronda clasificatoria de 2011.
Pero aquel era un Nadal agotado y Federer un jugador pletórico que se encaminaba al título de Wimbledon ocho meses después. Hoy la situación es diferente, y el suizo no tiene problemas en proponer algo asombroso tratándose de él: mañana se tomará el partido como si el favorito fuera el español.
«Quizás deba jugar con un poco menos de presión que en partidos anteriores ante él. Tengo la sensación de que necesito ser esta vez el no favorito dadas las circunstancias, por mi año, por su año. Quizás esa tranquilidad sea lo que necesito para hacer las cosas un poco mejor mañana».
En cinco meses se cumplirán diez años de duelos entre el suizo y el español, una rivalidad que, en lo que a cantidad de partidos se refiere, superó a todas las anteriores entre grandes jugadores. Aquella vez un muy joven Nadal sorprendió a Federer en Key Biscayne derrotándolo 6-3 y 6-3. Desde entonces no le dio paz al suizo, lo que no evitó que se profesen mutua admiración y simpatía.
Nadal llegó a hacer llorar a Federer tras una derrota, aquella de la final de Australia 2009, y clavó un puñal en su corazón de tenista más exitoso de todos los tiempos con la victoria en la histórica final de Wimbledon 2008.
Federer, dueño de 17 títulos de Grand Slam, ve acercarse por el rabillo del ojo al español, que suma ya 13 y tiene cinco años menos. La temporada 2014 puede ser clave en esa carrera por la historia, pero mañana hay un partido importante que el suizo, seis veces campeón del Masters contra ninguna de Nadal, quiere ganar. La pregunta es si está en condiciones de lograrlo ante el número uno del tenis mundial.
«Hay que ver cómo está físicamente Roger, porque contra Nadal no te alcanza sólo con el tenis», analizó el argentino Juan Martín del Potro. «Pero va a depender más de Federer que de Nadal».
Y el suizo, que sólo ganó un torneo menor este año y cayó al séptimo puesto del ranking, coincide: habrá batallado dos horas y media hoy mientras su rival de mañana tenía día de descanso, pero eso no es importante.
«La recuperación es más mental que física. Si me duele el cuerpo o está cansado es algo secundario ahora. Es el final de la temporada, y estoy viendo la luz al final del túnel».
Por Sebastián Fest