Alemania, ante el dilema de proteger o no al enemigo público de EEUU

ANALISIDIGITALBerlín/Moscú, 3 nov (dpa) – El gobierno de Alemania se enfrenta a un gran dilema: por un lado está interesado en las informaciones del ex técnico de los servicios secretos estadounidenses Edward Snowden, pero por el otro rehúye la posibilidad de traerlo a su territorio por temor a despertar la ira de Estados Unidos.

Los estadounidenses quieren llevar ante los tribunales a este hombre de 30 años que tenía una vida cómoda en Hawaii como técnico de la Agencia Nacional de Seguridad hasta que copió y se llevó consigo una miríada de documentos sobre las prácticas masivas de espionaje norteamericano en todo el globo. Snowden ha encontrado refugio hasta el verano (boreal) en Moscú, donde se siente bien pero no es verdaderamente libre. El estadounidense tendrá que buscarse un nuevo destino y en los días pasados ha quedado claro que se quiere ir de Rusia.

Snowden entregó esta semana a un diputado verde alemán una carta en la que se ofrece a dar información sobre su ex empleador. Pero no lo quiere hacer en Rusia, sino en Alemania y con la perspectiva de recibir protección duradera.

Meses atrás se desató un debate sobre la opción de dar asilo a Snodwen, pero pronto quedó claro que nadie quería tener problemas con Washington, tampoco los alemanes.

Pero la situación ha cambiado. Nuevas revelaciones, especialmente aquella de que también fue interceptado durante años el teléfono móvil de la propia canciller Angela Merkel, nutrieron la desconfianza hacia al gran socio transatlántico.

Berlín demuestra interés en las informaciones del antiguo analista norteamericano y ha depuesto su resistencia inicial a que hable con representantes germanos. Pero quiere hacerlo en Moscú. Berlín afirma que la posibilidad de traerlo a Alemania para que declare es complicada.

Las cuestiones legales son, en verdad, complejas, pero solucionables, opinan los expertos. Alemania podría tomar testimonio a Snowden en su suelo y rechazar el pedido de extradición de Washington. Es una cuestión de voluntad política, dicen.

Pero la presión es enorme. Los alemanes tendrían graves problemas con Estados Unidos y podrían irse olvidando del tratado de no espionaje que negocian en la actualidad.

Rusia desafió a Washington al dar asilo a Snowden. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha asegurado que no quiere deteriorar las relaciones con Estados Unidos, pero esto no le ha impedido meter una cuña en las relaciones transatlánticas, opina el politólogo ruso Serguei Osnobishev.

Putin puso como condición para dar refugio a Snowden que no perjudicase más a Estados Unidos con sus revelaciones, pero el ex técnico había entregado copias de sus documentos a periodistas antes de llegar a la capital rusa. Documentos que salen a la luz paulatinamente sin que el norteamericano haya violado su pacto con Rusia.

En Moscú se cree que el servicio secreto interior ruso FSB tiene bien controlado a Snowden y que dictó el guión del encuentro que éste sostuvo con el diputado alemán Hans-Christian Ströbele. No se descarta que ocurriría lo mismo en caso de que viajasen representantes oficiales alemanes a Moscú para interrogar a Snowden.

También la opción de que Snowden abandonase Rusia sería útil para Putin, opina el diario «Kommersant», alegando que el presidente ruso no siente simpatía por el informante de Estados Unidos. Putin fue oficial del servicio secreto soviético KGB y para él, un informante es un traidor que viola un «código de honor» de los servicios secretos, precisa.

Para Putin las cosas marchan bien de una u otra manera. Merkel, en cambio, enfrenta un dilema. Y de momento, la canciller alemana se comporta como lo suele hacer en estas ocasiones: por lo pronto calla.

Por Christiane Jacke y Wolfgang Jung