Madrid, 22 oct (dpa) – El Real Madrid-Juventus de mañana es un gran clásico del fútbol europeo, sí, pero también un partido enormemente especial para Carlo Ancelotti, que tendrá enfrente al equipo que todavía hoy representa la mayor mancha en su historial.
A sus 54 años, el entrenador del Real Madrid puede sentirse con razón uno de los técnicos más prestigiosos del mundo después de conquistar numerosos trofeos, incluyendo dos Ligas de Campeones en el banquillo del Milan. Pero todo eso vino después de lo ocurrido en Turín.
Como técnico, Ancelotti inauguró su carrera en 1995 entrenando a la modesta AC Reggiana 1919, a la que ascendió a la Serie A. Suficiente para que le contratara el Parma en la siguiente temporada. En 1999, fue subcampeón de la Liga italiana contra todo pronóstico, un argumento suficiente para que la Juventus se fijara en él.
El fichaje de Ancelotti estuvo cargado de polémica y nunca contentó a un numeroso grupo de hinchas que no le perdonaban su exitoso paso por el Milan como jugador entre 1987 y 1992.
Con un ambiente en contra desde el primer partido y con la prensa turinesa vigilando cada uno de sus movimientos, el italiano nunca se encontró cómodo en un banquillo que se le hizo muy pegajoso.
Hartos de no ganar nada, los directivos de la Juventus lo despidieron en 2001.
«Nunca me sentí cómodo en la Juve, era una tuerca más de una gran maquinaria, sólo un empleado más», confesaría el técnico italiano con amargura.
La carrera de Ancelotti como entrenador estaba en un cruce de caminos peligroso, pero un cúmulo de acontecimientos jugó a su favor. El Milan despidió al técnico turco Fatih Terim en noviembre de 2001 y la hinchada rossonera volvió sus ojos a un viejo ídolo.
Fue el comienzo de su despegue: al cariño de la hinchada, Ancelotti respondió fabricando un equipo muy bien engrasado en ataque y defensa.
Y de nuevo apareció el caprichoso destino para ofrecerle en bandeja una pequeña venganza: la final de la Liga de Campeones de 2003. ¿El rival? La Juventus.
El Milan ganó en la tanda de penales y alimentó esa fama de Ancelotti de «entrenador con suerte», aunque no la tuvo en dosis suficientes en la tanda de penales ante la Juventus en la Supercopa de Italia de 2003.
La estadística alimenta esa mala relación entre Ancelotti y el Juventus, pues el actual técnico del Real Madrid tiene un discreto balance de cuatro triunfos, 11 empates y cinco derrotas en sus enfrentamientos ante el conjunto turinés.
El estadio Santiago Bernabéu será también escenario del reencuentro entre Ancelotti y un viejo pupilo suyo, Antonio Conte, el actual entrenador del equipo de Turín.
Será una noche especial para Ancelotti, aunque sin demasiado espacio para sentimentalismos, pues el triunfo es vital para un Real Madrid que necesita llegar engrasado y confiado al clásico del sábado ante el Barcelona.
Por Alberto Bravo