Quizá esta época sea la mejor para comenzar a planificar los espacios al aire libre. Toldos y pérgolas se han convertido en los protagonistas de terrazas para dar una vida metros de superficie que, de otra manera quedan, dependiendo de la meteorología, relegados a un uso mucho menor.
La tendencia actual pasa por apostar por pérgolas bioclimáticas, capaz de adaptarse a todas las circunstancias, gracias a sus lamas.
“Aprovechar al máximo la luz en invierno, aliviar el calor en verano o incluso evitar la humedad en la primavera. Gracias a la apertura de sus lamas es posible adaptar durante todo el año el espacio, ganando metros y, sobre todo, disfrute a espacios en jardines y terrazas” explican desde Pergolab.es.
¿Qué tienen de especial este tipo de pérgolas frente a las clásicas?
Para empezar, su posibilidad de programarse para optimizar al máximo y atendiendo a los gustos de cada usuario la cantidad de luz, apertura y sombra que se quiere en cada momento.
El hecho de que estén construidas con materiales de alta calidad hace además que su duración en el tiempo se alargue mucho más de lo habitual en otro tipo de modelos.
Más allá de ser una tendencia que ha llegado para quedarse, es también una de las revoluciones del diseño de exteriores que sirve de elemento decorativo al poder responder no solo a un ambiente acogedor en cualquier hora del día o en cualquier estación.
“En realidad para diseñadores y arquitectos se abre un mundo de posibilidades para habilitar espacios exteriores y darles vida. Desde terrazas, pasando por salones únicos o incluso por vergeles dentro de una parcela, con las pérgolas bioclimáticas se puede jugar con el diseño, las sensaciones y con todo tipo de experiencias nuevas” explican desde la compañía.
En España, cada año dispone de miles de hora de sol pero, con esta opción, se puede adaptar a cada región. No es lo mismo el sol de Cádiz que las horas de luz en Asturias, de ahí que esta solución inteligente sea perfecta para cada proyecto por la versatilidad y adaptación que permite.
Este año, de hecho, ha quedado patente las posibilidades de relación social exterior, lo que hace de esta opción, además, una muy segura para poder, según se vaya pudiendo, celebrar actos familiares y reuniones con amigos al abrigo de un espacio ventilado, con la temperatura y luz perfecta y con miles de posibilidades, tantas como usuarios apuesten por ella.
Con sus sensores de viento, luz, sol y lluvia, pese a que no se esté en ellas, se mantiene en perfectas condiciones lo que esté entre perímetro, ayudando a conservar cualquier apuesta decorativa que se diseñe en su interior.
Además, al no ser fijas, permiten ser instaladas en la mayoría de los casos atendiendo a los condicionantes de permisos en comunidades de vecinos para los cerramientos exteriores de terrazas.
Es el momento de disfrutar de las condiciones que nos brinda la situación geográfica de España, es el momento de apostar por hacer vida en el exterior todo el año.