Hoy Marta se ha levantado temprano, el silencio del hogar lo ha camuflado con los sonidos de la radio, al otro lado le van poniendo al día de cómo es la vida que ella conoce bien, en unas horas irá al trabajo, intentará que su negocio siga creciendo y ofrecerá una sonrisa a sus clientes y también a los que ella llama “preguntadores”, Marta es autónoma desde hace muchos años, y me comenta que “su sueño es poder trabajar un día más, pues las cosas en Asturias están muy mal, y la gente primero pregunta y luego compra”, ella regenta una pequeña tienda de artesanía, “el trabajo sale de mis manos y de la mano va al banco, tengo mucho que pagar”, asiente Marta…
Hace unos años tuvo un sueño, una idea compartida con su pareja, Elisa, ella luego cambio de aires y de ciudad, el trabajo quedo para Marta y también los sueños rotos de un plan de vida creado para dos, “el amor es así, no se pueden hacer planes”, sonríe Marta.
Pablo va camino a la oficina, hoy viernes tiene que cerrar la semana, me dice mientras apura un sorbo de café que lo madrugar lo lleva bien, pero que hay días en los que pasa muchas horas frente al televisor acompañando a su madre, “a ella la gusta el mundo de los famosos y supervivientes, es el único vicio que tiene la mujer”, Pablo no tiene derecho a ayudas del estado, su madre cobra menos de 800 euros al mes, y con lo que ganan los dos sobreviven, “para pobre soy rico, pero rico soy muy pobre, nadie me ayuda pues tengo unas deudas de un proyecto que no funciono y ningún banco cree en mi, conmigo no hay segunda oportunidad, pero al menos tengo el trabajo en la oficina”, Pablo también tuvo sueños, pero hoy los llama “sus pesadillas”.
Rogelio hoy no hará nada, me ha dicho que irá a dar un paseo, luego tomará algo a mediodía, ayudará a sus padres en casa y saldrá a “buscarse la vida”, lo dice con cara feliz, se le ve una persona de mundo o de gentes, “yo soy de la calle, a mi me llega con poco, pero lo que me preocupa son mis padres y los que vengan detrás, ¿si yo no tengo trabajo que trabajo van a tener a ellos?”, Rogelio trabajó durante años en empresas de montajes, luego llego la crisis y se tuvo que “montar una vida nueva”.
Luis hoy tiene dolor de espalda, pero le esperan muchas horas sirviendo café, cañas y lo que se pueda, “hoy en día la gente ya no consume como antes, la alegría también se ha ido del barrio, pero vamos resistiendo”, dice con sus ojeras y con su cara amable.
Solo son personas, nombres, números para los bancos, un DNI para el estado, contribuyentes que pagan con su salario los sueldos de los que hoy tomarán las decisiones en España, hoy ellos vivirán un nuevo día en Asturias.