(dpa) – Son muy miedosos, tienden a morder, no les gusta quedarse solos y no dejan que ninguna persona se les acerque. Son perros problemáticos que cada vez más terminan en centros de acogida de animales. Sus dueños los compraron a través de Internet y luego se vieron superados en su comportamiento.
Según afirma la presidenta de la Asociación Protectora de Animales de Tréveris, Inge Wanken, muchas veces se trata de antiguos perros callejeros del sur de Europa o de animales de «criadores aficionados». «No son perros que quieran familias jóvenes con niños. Sin un entrenamiento intenso, no hay manera de conectar con ellos».
Para llamar la atención sobre este problema creciente de los perros difíciles, diferentfes centros de acogida y refugios de los estados alemanes de Renania Palatinado, Renania del Norte-Westfalia y Hesse crearon la «Alianza de los Perros en la Sombra».
«Los perros en la sombra son aquellos que en algún momento ya nadie ve porque llevan años en un centro de acogida y ya nadie los retirará», dice la entrenadora canina Wanken. «Necesitamos más apoyo financiero para poder entrenar a estos perros».
Wanken añade: «La venta de perros a través de Internet debería estar prohibida». Actualmente en Alemania más de 10.000 perros se encuentran actualmente a la venta en Ebay y unos 20.000 en el portal Quoka.
Entre ellos hay varios de «reproductores», que quieren hacer dinero con criaderos y cuyos cachorros muchas veces no están socializados. «Muchas veces estos animales son mantenidos en garages o sótanos».
Además están los perros importados, que supuestamente fueron rescatados por organizaciones protectoras de animales de «matanzas» en países como Rumania. «Hay una mafia que gana dinero cazando perros callejeros y llevándolos a los centros donde los matan». Mientras estos lugares sean vaciados una y otra vez, el comercio seguirá.
«Si después de la compra del perro aparecen problemas, no hay nadie que pueda ayudar al dueño o que pueda volver a recibir al animal. Entonces se lo lleva a un centro de acogida», explica Wanken.
Lógicamente también hay organizaciones protectoras de animales confiables. Éstas tienen hogares de acogida en Alemania que son controlados y que están presentes en el seguimiento posterior a una adopción.
Un buen ejemplo de cómo funciona la colocación de perros extranjeros es el hogar de acogida de animales de Coblenza. Los empleados viajan varias veces al año a un centro en Rumania. Allí eligen perros que en principio van a parar a Coblenza. Los interesados tienen así la posibilidad de conocerlos antes de llevarlos a casa.
El presidente de la sede de la Alianza Alemana de Protección de los Animales en Renania Palatinado, Andreas Lindig, asegura que la problemática con perros difíciles aumenta en todos los centros de acogida de Alemania.
La situación «escaló» sobre todo a causa del comercio con cachorros que son comprados en el exterior a través de Internet. «Siempre digo: ¡Aléjense de los perros de Internet!». Lindig recomienda apoyar a instituciones serias que en caso de problemas vuelven a hacerse cargo de los animales.
Más del 80 por ciento de los perros del centro de acogida de Tréveris ya son perros problemáticos.
Hay uno de raza Kangal oriundo de Turquía «que se ocupaba de mantener la casa libre de lobos», explica la directora del centro, Anna Falkenhorst. «Y así se comporta ahora. Es muy territorial».
O «Spocky», mezcla con Jack Russell Terrier, de Rumania, que cambió de dueño seis veces. Tras seis semanas de entrenamiento, Falkenhorst cree que hallará un nuevo hogar con una familia.
Y a eso apunta la «Alianza de los Perros en la Sombra»: los cuidadores y entrenadores pueden reconocer los problemas del perro y trabajar con él. «Cada perro está dispuesto a aprender y a cambiar de actitud», dice Falkenhorst.
Pero el entrenamiento cuesta dinero: Cada perro le cuesta al hogar unos 7.000 euros al año incluyendo el alojamiento. «Nos serviría mucho si las autoridades asumen al menos los costos de los perros ingresados».
Wanken asegura que sin apoyo financiero y personal, en el futuro la admisión del creciente número de perros difíciles sólo será limitada o ya no será posible.
Además, la alianza pide a los dueños de perros que tengan un mínimo de conocimientos. La regla más básica es adquirir el perro en el momento correcto. Sería útil, propone la alianza, establecer una especie de «licencia para tener perros», que se otorga después de un curso. «Así no cualquiera podría tener un perro y no lo devolvería otra vez si no encaja».
Por Birgit Reichert (dpa)