Zwickau (Alemania) (dpa) – Durante mucho tiempo, el fabricante alemán de automóviles Volkswagen fue acusado de demorar la transición hacia la movilidad eléctrica en lugar de acelerarla.
Ahora el gigante automotor dio un golpe de timón y comenzó con la producción a gran escala del primer vehículo eléctrico en su planta de la localidad Zwickau, en el estado alemán de Sajonia, lejos de los principales centros de la industria.
Volkswagen ha trasladado allí gran parte de su área de producción para poner en marcha el proyecto ID.
«Por primera vez estamos convirtiendo una gran fábrica de automóviles en una planta completamente eléctrica», declaró recientemente el presidente del Grupo Volkswagen, Herbert Diess, al comenzar a producir el ID.3.
Por su parte, Thomas Ulbrich, responsable de movilidad eléctrica de la marca germana, afirmó que se trata de un «cambio de sistema que se irá completando a lo largo de las próximas dos décadas».
En una visita a la fábrica, la canciller alemana, Angela Merkel, destacó el futuro éxito de esta transformación.
«Zwickau será una piedra angular de la industria automotriz alemana», dijo la jefa de Gobierno frente a los trabajadores en el pabellón 5, donde se montarán, entre otras cosas, los faros delanteros y traseros.
«Estamos empezando lentamente, con seis ID.3 por día», comunicó el jefe de montajes, Holger Hollmann.
Hablar de cambio de sistema suena rimbombante, pero en el caso del ID.3 parece ser el término apropiado. Hasta ahora, para muchos consumidores los coches eléctricos con mayor autonomía eran un producto de lujo costoso y poco práctico debido a la falta de una red de recarga.
El nuevo Volkswagen eléctrico es un coche compacto, con variantes de batería de hasta 550 kilómetros de autonomía. Con un precio de salida por debajo de los 30.000 euros (33.000 dólares) el ID.3 está dirigido a todo tipo de público.
El ID.3 también es una apuesta decisiva para el Grupo Volkswagen por otra razón: el coche se basa en la plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB).
La tecnología, que también ahorra costos mediante el uso de muchas piezas idénticas, se implementará en los próximos tres años en 33 modelos, desde coches compactos hasta vehículos utilitarios deportivos (SUV) y limusinas.
En total, Volkswagen invertirá más de 30.000 millones de euros en la electromovilidad hasta el año 2023, y otros 14.000 millones de euros en redes y sistemas de asistencia.
Después de Zwickau, también incorporarán la tecnología MEB las plantas de Emden y Hannover, en Alemania, así como algunas fábricas en China y Estados Unidos.
Los sistemas de batería y accionamiento proceden de las propias proveedoras de la empresa en Brunswick y Kassel. Y en Salzgitter, Volkswagen construirá una fábrica para sus propias células de baterías para coches eléctricos junto con su socio sueco Northvolt a partir del próximo año.
Durante una reunión de las automotrices con el Gobierno alemán celebrada recientemente en Berlín, los expertos coincidieron en la urgencia de expandir la movilidad eléctrica, ya que Alemania está quedando rezagada.
En el encuentro celebrado en la sede de la cancillería, políticos e industriales acordaron aumentar el subsidio para la compra de coches eléctricos ya vigente y la instalación de más estaciones de recarga.
«Las oportunidades que ofrece el cambio tecnológico para lograr una conducción más respetuosa con el clima y una movilidad digital deben aprovecharse al máximo y Alemania debe seguir siendo el líder mundial de la industria del automóvil del futuro», señala la declaración del Gobierno germano.
Asimismo, también es necesario un cambio con respecto a la política de protección climática. En el año 2021 entrará en vigor una normativa de la Unión Europea (UE) más estricta de emisiones de CO2. Si los fabricantes de automóviles no venden suficientes vehículos eléctricos, podrían enfrentar multas de miles de millones de euros.
Muchos críticos no creen en la propuesta «verde» de Volkswagen, sobre todo con respecto a los SUV. No basta con instalar motores eléctricos en coches de gran tamaño, reclamó el vicepresidente de la organización ecologista BUND, Ernst-Christoph Stolper.
VW promete que con el ID.3 no se producirán emisiones adicionales de CO2 entre la cadena de suministro, la producción y los concesionarios. En los casos de que esto sea inevitable, la empresa automotriz proporcionará una «compensación» colaborando con proyectos de protección del clima.
Si bien el comienzo de la serie ID parece muy ambicioso, también existen imponderables. Además de un volumen de demanda poco claro, Volkswagen aún tiene que absorver las cargas financieras del escándalo por la manipulación de motores diésel aunque recientemente haya registrado un aumento significativo de beneficios.
En el futuro el tema central de debate entre los comités de empresa y los sindicatos será el traspaso de cada vez más puestos de trabajo del sector de motor de combustión interna hacia la movilidad eléctrica, que requiere menos manos de obra.
Los 8.000 empleados de Zwickau, que será una de las fábricas de VW más automatizadas, están recibiendo la capacitación necesaria. El comité de empresa respalda los planes. «Zwickau será el rompehielos del grupo», asegura Jens Rothe, representante de los trabajadores en Sajonia.
Rothe cuenta que al principio no todo el mundo estaba entusiasmado con la transformación. «Estamos experimentando la pérdida de tareas sencillas, pero al mismo tiempo hay un aumento de tareas más cualificadas», destaca.
La competencia tampoco duerme. El fabricante alemán BMW, que con el i3 fue pionero en el segmento de los coches eléctricos pequeños, reporta ventas sólidas al sumar vehículos eléctricos e híbridos. El presidente de BMW, Oliver Zipse, sin embargo, aún no quiere tomar una decisión sobre el tipo de movilidad del futuro.
En tanto, Daimler apuesta por la serie eléctrica EQQ, hasta ahora sobre todo en el SUV EQC y el minibús EQV.
Según el analista Frank Schwope del banco NordLB, el ID.3 permitiría a Volkswagen tener una ventaja inicial en la venta masiva. «Volkswagen está poniendo un esfuerzo impresionante en la electromovilidad».
Aún está por verse si el fabricante alemán alcanzará a su rival Tesla. Stefan Bratzel, director del Center of Automotive Management de la Universidad de Economía de Bergisch Gladbach, en Alemania, considera que los estadounidenses son «por un margen considerable» los fabricantes de autos eléctricos más innovadores.
Sin embargo, el experto agrega que Volkswagen está entrando en el «círculo de los mejores». Merkel también espera que esto suceda: «Es importante que ahora se acelere aquí la puesta en marcha de la movilidad eléctrica hacia una producción en serie».
Por Jan Petermann y Christiane Raatz (dpa)