Modalidad ha ganado terreno por factores como la despoblación rural o las contingencias sociales.
El teletrabajo es una modalidad que consiste en la prestación de servicios a distancia por parte de un trabajador llamado “teletrabajador”, a través de medios informáticos y de telecomunicaciones, los cuales son direccionados y controlados por el empleador. Esta ha ganado fuerza en los últimos años debido al auge de la era digital y la necesidad de ahorro de tiempo y recursos.
Esta alternativa ha ganado respaldo en países como España, donde la despoblación rural es uno de los principales desafíos a los que se enfrenta a nivel demográfico y económico. Esto debido a que, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE), ya son más de 1.300 las localidades con menos de 101 habitantes, provocando una despoblación el medio rural que el teletrabajo puede solucionar.
Según analiza el portal español del Observatorio de Recursos Humanos, “son muchos los factores detrás de esta situación y, dada su gravedad, urge tomar medidas para afrontarla. Viasat, compañía especializada en proveer acceso a Internet vía satélite, ha hecho del reto demográfico uno de sus objetivos y defiende que el acceso a una conexión de calidad es una vía clave para impulsar la repoblación del medio rural, ya que fomenta la comunicación y facilita aspectos como el teletrabajo o la telemedicina”.
En tanto, en situaciones como la que actualmente vive Chile, el teletrabajo se presenta como alternativa a la imposibilidad de asistir a la oficina. Ante la conmoción social que se vive, las empresas han tenido que tomar decisiones para no detener sus actividades sin poner en riesgo la seguridad de sus trabajadores.
La consultora multinacional Randstad dio a conocer que el 48% de las empresas chilenas fomentó que sus trabajadores realizaran sus actividades desde sus casas durante la primera semana de movilizaciones. La cifra superó ampliamente a las habituales, pues solo el 31% de las compañías implementa el teletrabajo como política de recursos humanos, independiente del rubro o tamaño.
Por su parte, en Colombia, el panorama de implementación del teletrabajo ha venido incrementándose hasta alcanzar los 122.278 teletrabajadores en 2018 y una proyección de 360.000 a 2022, según estudios realizados por el ministerio de trabajo de ese país.
“Estas cifras reflejan un crecimiento de 287,5% en el número de teletrabajadores en seis años a 2018 y de 200,8% en el número de empresas que lo aplican, al pasar de 4.292 en 2012 a 12.912 en 2018. Sin embargo, estos números son escasos frente a la totalidad de empresas y trabajadores con los que cuenta el país”, según indica un artículo del diario La República de Colombia.
Del lado de los teletrabajadores, las ventajas más valoradas son conciliar la vida personal/familiar con las responsabilidades laborales, pues le da flexibilidad en el manejo de su tiempo. Así también, le permite ahorrar en lo que supone gastos de transporte y el estrés que este conlleva en las grandes ciudades, alimentación, entre otros que tiene cada vez que asiste a una oficina. Mientras que la desventaja más mencionada es la falta de comunicación con el entorno laboral y, en ciertos casos, la ausencia de una jornada de trabajo específica. Además, el desarrollo de las labores en un entorno familiar no es considerado del todo idóneo.