(dpa) – Es casi un arte. Cuando tu papagayo enferma y lo tienes que tratar con una jeringa, no resulta nada fácil suministrarle la dosis indicada. ¡Pero a no desesperar! Como tantas otras cosas en la vida, esta también se puede aprender. O al menos ejercitar para el momento en que sea necesaria.
Es así: lo principal es enseñarle al papagayo a ingerir sustancias líquidas tomándolas de la jeringa. El primer paso es lograr que el ave se habitúe al objeto. Compra una jeringa descartable y colócala sin la aguja en la jaula, de modo que el papagayo la vea ahí y se pueda acercar como si fuese un juguete.
Si tu papagayo resultara más bien miedoso o vieras que por lo general se muestra bastante escéptico, puedes sumarle algún trocito rico a la jeringa, como para que entre en confianza.
Pues bien. Una vez que el papagayo se haya aproximado al objeto y le haya perdido el miedo, llénala con su zumo favorito y colócaselo cerca del pico, desde abajo. Es importante colocarlo desde abajo para que el ave no vea el plástico como una punta amenazante que se le viene encima. Una vez que el pico toca la punta de la jeringa, presiónala para darle una gota.
Cuando has podido hacer este ejercicio varias veces, puedes pasar al segundo paso, que consiste en darle algunas gotas de zumo colocando la jeringa en un ángulo horizontal y luego, en un tercer paso, desde arriba, como lo hacen las aves que alimentan a sus hijos en la naturaleza.
Al hacer este ejercicio, tienes que ir variando de líquido, no darle siempre zumo sino suministrarle también agua, por ejemplo. Puedes hacerlo una vez por semana.
Por razones de higiene, los expertos recomiendan utilizar una jeringa descartable nueva cada vez que lo practiquen. Es fundamental que, al dejarle el objeto, estés atento para que no lo vayan a destrozar. El plástico roto podría lastimarlos. ¡Ánimo y suerte! Es posible.
Por Anna Seifert (dpa)